Análisis

Mal inicio para la nueva diplomacia comercial

CRISTINA MANZANO

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Pocos golpes podía haber tan duros para la política exterior del Gobierno deMariano Rajoy. Más allá de sus tremendas implicaciones económicas y de la brecha que abre en las relaciones entre dos países amigos, la expropiación de YPF supone un serio revés para la diplomacia comercial que encarnaJosé Manuel García-Margallo,la acción exterior al servicio de los intereses económicos para sacar a España de la crisis.

De poco ha servido el despliegue que, al menos desde noviembre, ha hecho el Ejecutivo con todas las armas de dicha diplomacia comercial a su alcance, llamada del Rey incluida, para frenar el despropósito. Tras renovar su mandato presidencial con holgura en octubre,CFKha reavivado el discurso nacionalista, antiextranjero y populista. Ocultar la incapacidad de su gestión económica para reconducir el país hacia un futuro creíble ante una inflación galopante, asegurarse los beneficios -por descubrir- de los nuevos yacimientos en Vaca Muerta o afirmar su poder cara a una modificación de la Constitución que permita posteriores reelecciones son algunas de las razones que podrían explicar la medida.

Sin embargo, ha sido la crónica de una expropiación anunciada. La (mala) relación de losKirchnercon el mundo empresarial español viene de lejos, desde la crispación que estableció como norma el fallecidoNéstorhasta la nacionalización de los fondos de pensiones del BBVA o la expropiación de Aerolíneas Argentinas, en manos de Marsans, por parte de la actual presidenta. Entonces las autoridades argentinas se aprestaron a alejar el fantasma de la inseguridad jurídica de sus fronteras.

Hoy hay poco margen para pensar que el Ejecutivo argentino pueda rectificar. Es difícil cuando rememoró el lunes, orgulloso, en la teatral puesta en escena que supuso el anuncio de expropiación, los vítores del Gobierno deRodríguez Saáal declarar eldefaultargentino en plenocorralitodel 2001.

Pero hay que seguir trabajando. Por una parte, Repsol utilizará todas las vías legales, incluido un arbitraje ante el Banco Mundial. Por otro, aunque los lazos de amistad institucional tardarán en recuperarse, la diplomacia debe tratar de evitar que el daño se extienda a otros sectores, amenaza que ya ha esgrimido la propiaKirchner. El Gobierno español tiene muy presentes las críticas que tuvo el Ejecutivo anterior por lo que las empresas consideraron un abandono en toda regla ante situaciones comprometidas, especialmente en Venezuela y Bolivia. También es importante cultivar el apoyo de los socios europeos, pues la Unión es el tercer destino de las exportaciones argentinas. Así que puede ser una ventaja que entre los posibles amenazados se encuentre una filial de Endesa, ahora en manos de la italiana Enel. Tal vezMarioMontideje de criticar a España para crear un frente común.

Y las empresas no tendrán más remedio que buscar nuevos destinos. Ya lo habían empezado a hacer, pero la crisis europea y la buena marcha de América Latina habían resucitado el potencial de una nueva oleada de inversiones en la región. Indudablemente, de momento Argentina quedará fuera del recorrido.