Evolución del mercado de los productos de prestigio

Los turistas empujan el consumo de las marcas de lujo en España

SONIA GUTIÉRREZ
BARCELONA

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Una de las teorías que explican por qué el lujo resiste mejor que otros sectores en tiempos de crisis es la del reloj de arena: los consumidores se han repartido hacia los extremos (alto y bajo), mientras que el centro ha adelgazado. Por ello, tienen éxito tanto las compañías de bajo coste como las de marcas prestigiosas. Pero la situación no es la misma en todos los países. El número de ricos aumenta en los países emergentes, como China y Rusia. En España, en cambio, la recuperación del consumo de marcas de lujo es más lenta. De hecho, dicen los comerciantes, el repunte está impulsado desde fuera: por las compras de los turistas.

«Se está produciendo una recuperación tímida del consumo de lujo, ayudada por la demanda externa», dice Lluís Sans, presidente de la asociación Amics del Passeig de Gràcia y propietario de la exclusiva tienda Santa Eulalia, en la misma vía barcelonesa. No obstante, aún no se ha vuelto a las cifras del 2007. «Estamos mejor gracias al turismo, el 2010 fue un año récord en visitantes», añade.

Santa Eulalia tiene un 20% de clientes extranjeros, poco en comparación con otras tiendas de Barcelona, como Louis Vuiton y Hermès, que tienen el 60% o más. Las tiendas con más clientela extranjera sufren menos, dice Sans. Con todo, su establecimiento, que perdió un 11% de la facturación en el 2009, aumentó las ventas el año pasado el 10%. Para este año las previsiones son buenas, añade, gracias a la nueva tienda, inaugurada hace dos meses.

El entorno de la plaza de Francesc Macià también es referencia del lujo. A diferencia del paseo de Gràcia, está menos frecuentado por turistas. No llega ni al 10%, según Bartolomé Criado, presidente de la Associació de Comerciants i Veïns del Turó Parc. «Nos gustaría entrar en el circuito turístico, está desaprovechado», afirma.

RUSOS Y CHINOS / Barcelona y Madrid concentran dos tercios del consumo de lujo en España. Los rusos y los chinos prefieren comprar en ciudades europeas, porque en sus países de origen este tipo de productos son entre un 40% y un 60% más caros. También son grandes compradores los estadounidenses y los sudamericanos (estos van más a Madrid).

El 2009 fue el peor año para el consumo del lujo: las ventas mundiales cayeron el 8%. En el 2010 el mercado se recuperó y creció el 11%, hasta los 170.000 millones de euros de facturación. En España, coinciden los expertos, la caída fue mayor y la recuperación cuesta más.

Comerciantes y empresarios aseguran que, pese a la crisis, no bajaron precios porque hubiera sido «un error». Sin embargo, sí que ha habido algunos ajustes. Por ejemplo, las tiendas compraban menos estoc de producto, sobre todo del más caro. Por su parte, las multinacionales compensan la «dificultad del mercado español» con las ventas en otros países. «No hay que meter todos los huevos en el mismo cesto», advierte Xavier Ybargüengoitia, presidente de la división de vinos de LVMH. La estrategia de internacionalización también la comparten las catalanas Puig (que se ha hecho con el control de Jean-Paul Gaultier) y Andrés Sardá, que exporta el 70%.

También las que exportan menos, como TCN (un 20%), perciben una recuperación. «En el 2009 hubo una caída mínima, en el 2010 crecimos el 4% y este año, entre enero y mayo ya estamos por encima de las cifras del año pasado», asegura su presidente, Josep Maria Donat. «La crisis primero fue un golpe, pero sirvió para ser más prudentes y al final es una oportunidad», asegura.