Efectos de la reestructuración del sistema financiero

Los seis grandes bancos controlan ya más del 65% del mercado

PABLO ALLENDESALAZAR
MADRID

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Uno de los mayores riesgos de la reestructuración financiera de los últimos años, denunciado por expertos de todo tipo, es la concentración del sector en unas pocas entidades mucho más grandes, con la amenaza que ello puede suponer para la libre competencia. El Gobierno y los principales banqueros han negado reiteradamente que los clientes vayan a quedar sometidos a un oligopolio. Pero los datos indican que esa posibilidad no es tan improbable: los seis grandes bancos controlan ya el 65% o más del negocio.

CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankia y Popular, así, han pasado de tener una cuota de mercado en el crédito del 46% en el 2010 al 67% al cierre de marzo de este año. En los depósitos, el incremento ha sido del 38% al 65%. Y eso sin tener en cuenta la compra de Catalunya Banc por el banco de origen vasco, que elevará la posición de control de los seis grandes al 69,5% y al 68%, respectivamente.

Estos bancos han aprovechado el hundimiento de muchas cajas para robarles clientes. Pero su crecimiento se debe sobre todo a la absorción de entidades con problemas, que todos han realizado salvo el Santander. Bankia es un caso particular: surge de la concentración (es la fusión de siete cajas) pero las ayudas que recibió tras su nacionalización están condicionadas a reducir su estructura. Con todo, el plan del Gobierno es que siga sola e independiente y sus directivos quieren renegociar con la Comisión Europea en el 2015 las condiciones del rescate para poder competir libremente con sus rivales.

MÁS CONCENTRACIÓN / Las tendencias del mercado, además, apuntan a que la concentración va a ir a más. Hace apenas unos meses, los responsables del negocio en España del Santander, el BBVA y CaixaBank desvelaron en unas jornadas financieras que aspiran a copar el 70% del mercado en dos o tres años. De ser así, la cuota de los seis grandes podría alcanzar el 90%. Enrique García Candelas, del Santander, auguró que en ese plazo quedarán en España apenas siete u ocho bancos y menos de 30.000 sucursales, lo que supondría que habrán desaparecido más de medio centenar de entidades y más de 15.000 sucursales, con la destrucción de empleo que ello conlleva.

Uno de las grandes, en esta línea, distingue tres tipos de entidades: los seis bancos con implantación en todo el territorio, uno especializado en un nicho de negocio concreto (Bankinter) y cuatro regionales (KutxaBank, Ibercaja, Unicaja y Cajamar). Otras instituciones como BMN y Liberbank están por debajo de su punto de mira. O lo que es lo mismo, tienen a su juicio todas las papeletas para acabar absorbidas por un grupo mayor.

En un reciente estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, auguraba que el proceso de concentración continuará, si bien a menor ritmo. Las fusiones, apuntaba, son claves para reducir costes gracias a las sinergias que aportan en un escenario de negocio menguante.

RIESGOS PROVINCIALES / La desaparición de más de 40 entidades en los últimos años, a su juicio, no ha sido negativa, ya que en ocasiones un «exceso de competencia genera inestabilidad financiera». Muchas cajas, así, asumieron demasiados riesgos en su afán de ganar terreno a los bancos y ello terminó por provocar su debacle.

La concentración de entidades, añadía, es un 40% inferior a la media europea. Sin embargo, advertía, hay varias provincias donde ha sido excesiva y debe velarse por la libre competencia: Ávila, Cádiz, Almería, Guadalajara, Segovia, Teruel, Girona, Orense, Huelva, Sevilla y Tenerife.