NUEVOS HÁBITOS DE CONSUMO

Los mercados municipales y los súper se alían para crecer juntos

El Mercat del Ninot: arriba, paradas; abajo, el supermercado.

El Mercat del Ninot: arriba, paradas; abajo, el supermercado.

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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Los mercados municipales y los supermercados estaban condenados a entenderse. Aunque antaño existía el miedo de los paradistas a la competencia directa que suponía la apertura de supermercados en su espacio, el tiempo está demostrando que no solo pueden convivir juntos, sino que la fórmula resulta de éxito para paradas, súper y ayuntamientos.

No existen prácticamente estudios que lo demuestren, pero los ayuntamientos defienden que paradas tradicionales y supermercados son compatibles: la cadena suele atraer a nuevos compradores a la instalación, y los súper encuentran un lugar bien situado para abrir, por lo que ambos se benefician del tráfico que se genera. Pero más allá de los beneficios para los paradistas y súper, los entes municipales han encontrado en la apertura de supermercados en los mercados una buena fórmula para financiar las costosas obras que supone rehabilitar (o hacer de cero) un mercado municipal, y que de otra manera sería casi imposible acometer (y más en tiempos de crisis y de contención presupuestaria).

La fórmula por la que se está optando es por la convocatoria de un concurso público para que las cadenas interesadas presenten su oferta (tanto económica como de características) para la explotación del local, que suele ser de hasta 50 años. Dependiendo del concurso, puede ser que un tercero realice la obra y que la cadena ganadora pague el canon de concesión y después habilite su tienda, o bien directamente que la cadena realice directamente la rehabilitación del mercado, como ha hecho Mercadona en el Mercat de Salt (Girona); el Mercat de Cap Pont (Lleida) o El Mercat Onze de Setembre (Barberà del Vallès), entre otros.

En Catalunya se han rehabilitado decenas de mercados en los últimos años, y Mercadona es la que más ha aprovechado la situación, hasta contar hoy en día con súper en 20 mercados municipales (el último inaugurado esta misma semana, el del Ninot de Barcelona). «Mercadona no solo cree que es determinante la convivencia de sus tiendas con diferentes formatos comerciales tradicionales, sino que fomenta su desarrollo, tal y como lo demuestra la apuesta por la revitalización de los mercados municipales que mantiene desde el 2001 con el objetivo de potenciar el comercio urbano y los municipios donde está presente», destacan fuentes de la firma.

EMPLEO

De hecho, la firma ha realizado una «importante apuesta» por este formato en forma de puestos de trabajo creados e inversión: casi 110 millones de euros invertidos en mercados catalanes, correspondiendo más de la mitad a los cánones que se pagan a los ayuntamientos por la explotación de los supermercados. El resto, unos 50 millones, corresponden a las obras para adecuar las tiendas. En algunos casos, incluso ha asumido a posteriori el acondicionamiento de la fachada, cambiar el suelo del mercado o rehabilitar el párking, asegura la empresa.

Pero Mercadona, que tiene cuatro proyectos más adjudicados, no es la única firma que apuesta por esta fórmula. Caprabo es la que más establecimientos de este tipo tiene en Barcelona, al estar en siete mercados (Mercadona tiene cinco), y en el conjunto de Catalunya tiene 11 súper en mercados de abasto. Consum tiene cinco tiendas de este tipo (tres en Barcelona), Bon Preu tiene cuatro (dos en Barcelona), Carrefour dos más, mientras que Condis tiene solo una. Sorli Discau, Opencor y Superestalvi también se benefician de esta fórmula con varios establecimientos.

«Cuando nos dijeron que venía un Mercadona se me pusieron los pelos como escarpias. Pero con el tiempo hemos visto que nos complementamos perfectamente, estamos encantados», asegura Carme Balaguer, presidenta de la Asociación de Concesionarios del Mercat Onze de Setembre (Barberà del Vallès). En este caso, los comerciantes han tenido que ampliar horarios, pero la apertura de Mercadona «ha traído otro tipo de clientes a la instalación», según Balaguer. «Los hábitos han cambiado, y mucha gente joven viene ahora a comprar lo envasado en el súper y los frescos a las paradas», explica. Además de ampliar las ventas, Balaguer ha aumentado la plantilla de su parada de dos trabajadores a siete.