SISTEMA TRIBUTARIO

Los españoles trabajaron hasta el 3 de mayo para pagar impuestos

La fecha se retrasa dos días al crecer la recaudación a mayor ritmo que la economía

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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Dos días más tarde que el año pasado. Los españoles trabajaron para pagar impuestos hasta el pasado domingo 3 de mayo, en vez del día 1 como en el 2014. El retraso en la fecha que los economistas liberales denominan «el día libre de impuestos» se debe al alza de la presión fiscal, es decir, la parte que la recaudación tributaria se come del conjunto de la riqueza generada por el país (PIB).

Esa mayor porción de la tarta está más relacionada con que los ingresos impositivos crecieron el año pasado a mayor ritmo que el conjunto de la economía (1,6% frente a 1,4% y especialmente el 2,7% los tributos indirectos, en los que está el IVA) que con subidas tributarias. De todas formas, con los aumentos impositivos del Gobierno del PP (del IRPF al IVA) durante esta legislatura, la fecha se ha ido retrasando, pero sin llegar a los niveles del 2007, el último ejercicio antes de estallar la crisis, cuando se situó en el 15 de mayo. La media de la Unión Europea (UE) se sitúa un poco más allá de cuando en España se celebrarán las elecciones municipales y autonómicas el 24 de mayo.

De cara al año que viene, la fecha se volverá a retrasar, aunque podría mantenerse en el siguiente ejercicio por la entrada en vigor de la segunda fase de la rebaja del IRPF y del impuesto de sociedades. Del Programa de Estabilidad remitido por el Gobierno Bruselas se deduce que la fecha podría llegar hacia el 5 o 6 de mayo en el 2018. En cualquier caso, lejos de la del 2007.

Los economistas progresistas relacionan esta variable con el nivel de gasto público. Por ejemplo, a los daneses aún les quedan unos dos meses para quedar en paz con el Estado, que es el mismo periodo que falta aún por pagar del gasto público, mucho más alto que la media europea. En España, en cambio, quedamos en paz con el Estado un mes antesde acabar de pagar el gasto público. La diferencia es el déficit.

Por otra parte, en marzo se notó de forma clara la rebaja del IRPF y su traslación a las retenciones en las nóminas. El efecto fue que los salarios netos aumentaron en el primer trimestre de este año en 401 millones, según el informe mensual de recaudación de la Agencia Tributaria. La suma total de la reducción de los pagos a cuenta hasta marzo fue de 451 millones si se incluyen las retenciones al capital (29 millones) y el pago anticipado a familias numerosas y dependientes (21 millones). El Gobierno estimó que la rebaja del IRPF dejará en los bolsillos de los contribuyentes unos 2.300 millones más.

MÁS EMPLEADOS

En marzo se apreció más el efecto de la rebaja, ya que en febrero se difuminó por los mayores ingresos proporcionados por la recuperación parcial de la paga extra de los empleados públicos. En todo caso, en las grandes empresas -en las que se encuadra a este colectivo- las retenciones salariales fueron las mismas que en el 2014. Según Hacienda eso fue por «la mejora de la masa salarial, tanto por el crecimiento del empleo como por una ligera subida del salario medio», lo que anuló la disminución de los tipos en la reforma del IRPF.

Los datos de Hacienda revelan que el número de asalariados en las grandes empresas (más de 250 empleados) hasta marzo llegó a 4,5 millones, el 2,8% más respecto a un año atrás. Su rendimiento salarial bruto medio creció el 0,8%. Para el conjunto de contribuyentes, la caída media de la retención es del 3%, del 5% para los pensionistas y del 3,5% para los empleados de grandes empresas, según la Agencia Tributaria.