LA INDUSTRIA AERONÁUTICA

Los billetes de avión apenas bajarán pese al menor coste del petróleo

Pasajeros en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Pasajeros en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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Salir de vacaciones este año será más barato... si se viaja en coche. La drástica caída del precio del petróleo se está notando en el momento de llenar el depósito de los vehículos, pero no cuando se compra un billete de avión. Aunque el coste del fuel representa casi un tercio del precio de los billetes de avión -y por tanto una rebaja en su coste supone un importante ahorro-, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) prevé que los viajes de ida y vuelta en este transporte solo se abaratarán este año un 5,1%. En cambio, los beneficios de las aerolíneas alcanzarán su máximo de los últimos 10 años.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, se reunirá hoy con representantes de las compañías aéreas y navieras para pedirles que trasladen a sus tarifas la bajada experimentada por el precio del petróleo en los últimos meses. Se trata de un reunión convocada después de que la patronal de agencias de viajes CEAV reclamara por carta a las aerolíneas la rebaja de los recargos por combustible.

Sin embargo, pese a que el barril de petróleo Brent cotizaba ayer en la franja de los 48 dólares, cuando hace un año costaba el doble (en junio llegó a pagarse a 115 dólares), parece que poco van a variar los precios de los billetes a corto plazo: aunque habrá ligeras mejoras de tarifas, no caerán en la misma proporción que el petróleo, según el sector.

«El precio del combustible es un factor decisivo en la estructura de costes de una aerolínea. Su peso oscila entre el 30% y el 40%, dependiendo de las rutas», explicó un portavoz de la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Aceta). Sin embargo, precisamente por ese alto coste, la mayoría de las firmas «contratan a futuro seguros de cobertura a un precio fijo, con entidades financieras». Es decir: pactan la compra del petróleo a un precio  fijo con antelación para evitar posibles subidas drásticas.

«Esta forma de proceder, común a toda la industria, ofrece cierta estabilidad, reduce riesgos, pero no siempre funciona. En casos de descenso significativo, como el actual, juega en contra e impide a las compañías beneficiarse de estos descensos», reconoce la misma fuente.

Es lo que está sucediendo en la actualidad, reconocen varias aerolíneas. Algunas tienen ya comprado la totalidad del petróleo para este año, otras incluso para los próximos dos ejercicios, mientras que algunas en cambio, van casi al día. Debido a estos precios pactados, argumentan, no pueden bajar los precios a corto plazo.

Otro factor que, argumentan, incide en no trasladar la caída del coste del fuel es el cambio euro/dólar. El petróleo se paga en dólares, y el euro tiene menor valor actualmente que hace un año, lo que hace que la caída «no sea tan pronunciada» para las firmas europeas, explican en una aerolínea. Estos dos factores hacen que al final lo que se puede transferir al pasajero «no es tanto y depende de las circunstancias de cada aerolínea», aseguró la semana pasada el presidente ejecutivo de Iberia, Luis Gallego.

Otro de los motivos que, según otras fuentes, hará que los billetes no bajen mucho es que no hay que olvidar que el petróleo que se usa para aviación es refinado, y los márgenes de las refinerías «no son siempre constantes».

INGRESOS / La IATA calculaba en diciembre  del 2014 que las aerolíneas se gastarían en fuel este año 192.000 millones de dólares, por los 204.000 millones del pasado año. Esos cálculos, sin embargo, están hechos en base a un barril Brent en 85 dólares de media. La misma asociación calcula unos ingresos para el sector de 783.000 millones de dólares, el 4,2% más.

«Los consumidores se beneficiarán de manera importante de la fortaleza de la industria y de los menores costes», señaló la asociación, que previó que los billetes se abaratarán un 5,1%. Por otro lado, la IATA calcula que las aerolíneas lograrán un beneficio de 25.000 millones de dólares este año, es decir, el 25% más que los 19.900 del pasado año. «Las aerolíneas tienen dos opciones. Mayor margen o guerra de precios. Parece que optarán por la primera», afirman desde el sector.