INFORME COMUNITARIO

Líderes en derroche

El Tribunal de Cuentas de la UE critica las subvenciones ilógicas a aeropuertos y denuncia que España es donde más se dieron

Pista 8 Vuelo de prueba en el aeropuerto de Castellón el pasado septiembre.

Pista 8 Vuelo de prueba en el aeropuerto de Castellón el pasado septiembre.

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España representa el caso más flagrante de derroche de las multimillonarias ayudas europeas a la ampliación de aeropuertos abonadas desde el año 2000. Así lo denuncia un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, que recuerda que el país fue el principal perceptor de estos apoyos comunitarios.

El informe se hará público el martes pero lo adelantó el seminario alemán Der Spiegel y lo recogió Efe. "Se fomentaron demasiados aeropuertos y los proyectos en muchos casos estaban sobredimensionados", señalan los auditores sobre varias instalaciones, la mayoría de ellas situadas en las regiones europeas estructuralmente más débiles.

Como ejemplo, citan la nueva terminal del aeropuerto de Fuerteventura en las Islas Canarias, que con las ayudas europeas amplió de 10 a 24 el número de puertas de embarque y de siete a 15 el de cintas transportadoras de equipaje. Al tiempo tuvo que cerrar seis de sus puertas y, según las previsiones más recientes, no estará en disposición de utilizar toda su capacidad hasta el 2030, a pesar de las actuales cifras record de llegada de turistas.

Otro caso criticado es el aeropuerto de Córdoba, que recibió 13,5 millones de euros en fondos europeos para ampliar su terminal, en la que se invirtió un total de 85 millones. Las instalaciones están siendo utilizadas para el aterrizaje y aparcamiento de aviones gubernamentales y vuelos privados. El número de pasajeros cayó a la mitad entre el 2009 y el 2013, hasta los 130 viajeros a la semana.

Un tercer ejemplo es el del aeropuerto de Ciudad Real, que costó 1.000 millones y que cerró sus puertas en el 2012.

En términos generales, el documento señala que los beneficios para los viajeros en muchos lugares "no son cuantificables ni demostrables" a pesar de que los 4.500 millones invertidos para mejorar los aeropuertos europeos desde el 2000. Siete de las 20 instalaciones analizadas, según el documento del Tribunal de Cuentas comunitario, registran pérdidas y existe el riesgo de que se vean obligadas a cerrar o a ser mantenidas a largo plazo por los contribuyentes.

Los auditores, asimismo, denuncian que solo en la mitad de estos 20 aeropuertos las medidas de mejora de las instalaciones subvencionadas con dinero europeo eran realmente necesarias. O lo que es lo mismo, las multimillonarias cantidades destinadas a los alrededor de 500 aeropuertos europeos fueron utilizadas en muchas ocasiones sin sentido ni razón.

Sin planes

Los inspectores también critican que en cuatro de los cinco países analizados -España, Italia, Grecia y Estonia- no existía ni si quiera un plan nacional de aeropuertos a largo plazo, por lo que la ampliación de las instalaciones se llevó a cabo sin coordinación alguna.

Aeropuertos fantasma como el de Castellón -estrenado esta semana por dos jubilados en helicóptero, casi cuatro años después de su inauguración, y que según la empresa gestora comenzará a tener vuelos regulares a finales de marzo- existen en toda Europa. Pero la culpa no es solamente de los políticos de provincias con aires de grandeza, sino también de una política europea de subvenciones totalmente equivocada e "insuficientemente supervisada", concluye el documento.