Algo que guardar

La economía social encuentra eco en este nuevo 'market place' en el que se pone en contacto a quien tiene un espacio disponible donde guardar trastos y quien los necesita. La clave es la proximidad y el precio.

Letmespace da respuesta a la necesidad de almacenamiento en entornos urbanos

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MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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Christian Picard y Etienne Darbusset se conocieron en la Universidad de Montpelier hace 10 años. Y depués de un ajetreado periplo profesional por diferentes países -particularmente Christian-, han acabado trabajando juntos en Barcelona. Son los fundadores de Letmespace. Es decir, un market place en internet que desarrolla el modelo de economía social que ya han probado otros con anterioridad: Airbnb por lo que se refiere al hospedaje o Uber para compartir desplazamientos. Letmespace permite compartir espacio para almacenar trastos.

«Hace siete meses que hemos empezado el desarrollo tecnológico y de concepto. Y nos dimos cuenta de que Barcelona era el sitio perfecto para desarrollar un proyecto piloto», explica Picard.

La firma funciona on line desde hace un mes y medio desarrollando el proyecto piloto. Ha creado la plataforma informática. Barcelona es un área metropolitana muy grande. «Y al principio es necesario contar con la inversión apropiadas de las empresas para crecer.Y si podemos demostrar que en una ciudad de un tamaño como el de Barcelona hemos podido desarrollar un negocio como este, luego será más fácil llevar el proyecto a otras grandes ciudades», explica Darbusset.

No se trata de un proyecto empresarial para desarrollar en un país, sino en un entorno urbano. «Hoy estamos en Barcelona y es posible que mañana vayamos a París antes que a Madrid», dice Picard.

Al final es una plataforma on line que permite por un lado a un segmento de particulares publicar sus espacios -trasteros que no utilizan: una habitación, un garage, cualquier espacio que pueda recibir cosas- para que otras personas puedan utilizarlo de manera regular.

Desde el principio, en todo caso, han intentado evitar conflictos con la competencia. En ningún caso se han propuesto reproducir la guerra entre Uber y taxistas de media Europa. «Es una competencia indirecta porque no hacemos exactamente lo mismo. Nosotros somos intermediarios: una plataforma que pone en contacto a gente», cuenta Picard. Además consideran que las necesidades de las personas que van a almacenar a través de Letmespace son diferentes a las de las que almacenan a través una empresas particulares.

«Airbnb -la plataforma de hospedaje en internet- es un ejemplo de lo que pretendemos hacer. No ha impedido que el sector de los hoteles siga creciendo. Complementamos un cierto mercado», señala Darbusset. «Si tenemos un particular con la necesidad de almacenar cosas por valor de más de 100.000 euros, les vamos a aconsejar un almacenador profesional. Pero cuando se trata de cosas de poco valor, pero que se quieren tener cerca de casa y a precio reducido, nosotros somos la opción», agrega.

De hecho, uno de los inversores de la firma es Álvaro Juncadella, que es el consejero delegado de Mister Traster, una compañía local de Barcelona, una firma de almacenamiento de Barcelona. Desde el principio han intentado evitar el enfrentarnos con el sector.

La relación económica entre la oferta y la demanda es un pago acordado. La plataforma recomienda un precio, en función de la zona en la que esté el trastero, pero el precio final lo deciden los interesados. Luego cada uno paga una comisión a Letmespace del 10%. Si el invitado alquila un espacio a 100 euros. La firma le cobra 110 euros y de los 100 le da 90 al propietario del espacio.

En el tiempo que Letmespace lleva on line, ha conseguido un tráfico de unas 8.000 personas, con unos 300 registros y tiene ya 70 espacios registrados. Esos espacios se consiguen por diferentes vías. El volumen de inversión de la empresa es todavía pequeño. Acaba de cerrar una ronda de 100.000 euros y hasta ahora han invertido poco, ya que está trabajando en los canales para incorporar nuevo negocio. Tiene un plan de crecimiento para alcanzar 500 espacios en Barcelona a finales de año.

Con una ocupación por mes del 30%, se plantean alcanzar 300 transacciones mensuales. Luego desarrollaran el proyecto en dos nuevas ciudades. Madrid y París, dependerá de qué mercado sea más abierto. «Tenemos un objetivo de ingresos del millón de euros en el primer año de actividad», vaticina Picard.