EL ESTADO DEL BIENESTAR

Las pensiones de las mujeres con hijos agitan el debate preelectoral

MERCEDES JANSA
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En plena campaña de las pasadas elecciones municipales, el Gobierno lanzó un reclamo tentador: subir las pensiones para las mujeres que sean madres. Es la única medida original de un plan de ayuda a la familia que no pasa de ser un listado de temas y que se cruza en el debate sobre si habrá dinero o no para subir las pensiones a los actuales jubilados. La llaman «cotización demográfica» y se presenta como una especie de contribución extra, en forma de hijos, de las mujeres a la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social de la que se beneficiarán en diferido (cuando se jubilen) pero no cuando tengan que conciliar su vida laboral y personal.

El Ejecutivo no cuenta con un texto específico. Espera que salga del debate en la comisión del Pacto de Toledo durante los cuatro meses que quedan de legislatura, lo que avivará aun más el debate preelectoral. Si es así, será sin los votos de toda la oposición, que esta semana ya ha reprochado al PP una concepción franquista sobre la mujer y querer relegarla a un papel secundario en el empleo y en la sociedad.

El esbozo que han realizado primero Alfonso Alonso, ministro de Sanidad y después, Tomás Burgos, secretario de Estado de Seguridad Social, es mínimo. A partir del 1 de enero las mujeres con la doble condición de madres y trabajadoras que se jubilen verán mejorada su pensión en función de los hijos que hayan tenido. Así, por haber tenido dos hijos el complemento sería del 5% de su pensión; por tres hijos, del 10%, y por cuatro o más hijos, del 15%.

BENEFICIADAS

El primer año se beneficiarán de esta medida un total de 123.357 mujeres, según la estimación realizada por la Seguridad Social, en su mayoría viudas (58.857). Del resto, 45.882, reciben la prestación de jubilación y 18.618, la de incapacidad permanente. El gasto previsto para el primer año es de 51.616.278 millones de euros.

En muchos casos, las mujeres interrumpen por un tiempo o abandonan definitivamente su vida laboral por el cuidado de los hijos. Además, son las que mayoritariamente reducen su jornada para este menester y el cuidado de los mayores, y las que también mayoritariamente forman el colectivo del empleo temporal o a tiempo parcial (73,2%), lo que reduce sus salarios actuales y sus futuras pensiones. En el 2014 la pensión media de las mujeres fue de 669,95 euros y de 1.082 la de los hombres, lo que deja una brecha del 40%.

Sin embargo, las mujeres se jubilan más tarde que los hombres (64,6 años frente a 63,8 años), según el informe enviado por la Seguridad Social a la comisión del Pacto de Toledo para respaldar su propuesta.

El Gobierno justifica su propuesta en que hay que adelantarse al colapso demográfico con medidas que ayuden a la sostenibilidad del sistema y asegura que cumple con una de las recomendaciones del Pacto de Toledo del 2011. Sin embargo, esta recomendación, la número 17, se limita a exponer las discriminaciones que «gravan más intensamente» a las mujeres que a los hombres, pero no dice nada de darles un plus cuando se jubilen. Por el contrario, sí señala que «la mejor vía para facilitar una protección social equiparable comienza por la eliminación de cualquier discriminación salarial».

«¿Creen de verdad que una mujer va a planificar su vida laboral y su maternidad pensando en los que cobrará 40 años después?» «¿Usted cree que a los 30 años una mujer va a tomar medidas para 35 años después? ¿Quién les asegura que esta medida va existir cuando se jubilen?». Estas fueron algunas preguntas lanzadas por los diputados de la oposición más críticos con la medidas -Isabel López Chamosa (PSC), Joan Coscubiela (ICV) y  Olaia Fernández (BNG)-que recibieron a Tomás Burgos como «delegado nacional de la sección femenina año 1955».

MATERNIDAD DISCRIMINADA

«Ni ayuda a la maternidad ni a los niños», subrayaron Carles Campuzano (CiU) y Emilio Olabarría (PNV), «ni resuelve el reto demográfico ni la brecha de género». Para todos la propuesta es «arbitraria y caprichosa» y tiene una función electoral.

Una de las quejas más escuchadas fue la de la discriminación. «Deja fuera a las 4,7 millones de jubiladas que hay ahora», recordó López Chamosa, un gran colectivo que son las que «trabajaron y tuvieron hijos cuando las condiciones eran aún más injustas y sufrieron más discriminación», remachó Coscubiela.

La crítica principal es que el Gobierno evita resolver las causas de este problema, que es la igualdad de salarios y de jornada y las medidas para fomentar la maternidad como ayudas a guardería o la educación gratuita de 0 a 3 años.

Pero además la oposición reprocha al Gobierno mantener una idea de las mujeres acorde con tiempos muy pasados. Así, Coscubiela dijo que la idea «incentiva la visión social de que la mujer es un mero instrumento reproductivo». Olaia Fernández redondeó el argumento al recordar que la renovación general y demográfica es una tarea de hombres y mujeres.