Las empresas venden más pero sin grandes perspectivas de contratación laboral

Un estudio anual que realizan Eada y Cepyme revela unos bajos niveles de inversión a pesar del alza en la facturación

La fábrica SEAT Martorell

La fábrica SEAT Martorell / periodico

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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La situación de las empresas mejora, con un aumento medio de las ventas del 3,7% el año pasado, como en el ejercicio anterior y con perspectivas similares para el año en curso. Pero la contratación laboral no sigue el mismo ritmo. Así lo revela el VIII Diagnóstico Financiero de la Empresa Española, que realizan la escuela de negocios catalana Eada y las patronales Cepyme y Fepime Catalunya.

El análisis revela que solo el 38% de las 695 compañías que han participado en el estudio prevén nuevas contrataciones laborales este año, el mismo porcentaje que en el 2016 y apenas seis puntos más que en el 2015, cunado apenas se salía de la crisis. Y eso cuando 8 de cada 10 esperan aumentar o mantener su volumen de ventas.

Según los autores del estudio, dirigido por Rafael Sambola, profesor del departamento de Finanzas de Eada Business School, estos datos apuntan al riesgo de que "el problema del mercado laboral español, con los mayores índices de paro de Europa, se convierta en un problema estructural, más que coyuntural".

MERCADO MÁS ÁGIL Y ADAPTATIVO

En el informe se recogen entre los condicionantes de un menor ritmo de contratación pesa al mayor dinamismo económico. Entre ellos se encuentra "la falta de desarrollo de un sistema de relaciones laborales ágil y adaptativo a los cambios" o "la carencia de una cultura basada en la formación permanente".

Otros motivos pueden ser "los elevados índices de abandono escolar" o el desajuste entre la cualificación que exigen las empresas y la que ofrecen los trabajadores o el impacto de la robotización y la automatización".

El informe destaca también como motivo de preocupación que tan solo el 38% de las compañías prevé hacer inversiones iguales o por encima de la depreciación de sus activos.

A pesar del dinamismo económico y la mejora del acceso al crédito, "la inestabilidad política nacional e internacional o la incertidumbre empresarial ante posibles cambios legislativos de tipo mercantil, fiscal o legal", así como "la falta de agilidad en la puesta en marcha de reformas estructurales" pueden incidir en una menor confianza inversora, necesaria para incrementar la competitividad, avisan los autores.

INDUSTRIA Y DE MAYOR TAMAÑO

En todo caso, destacan el crecimiento de las ventas por segundo año consecutivo, liderado por el sector industrial, en especial las grandes y medianas compañías, con alzas que superan el 10% y el 9%. En cambio, las microempresas y las pequeñas apenas superaron el 2% y el 3%, en especial en el sector de los servicios. También los resultados son mejores para las compañías exportadoras.

En el apartado financiero, la rentabilidad se elevó hasta el 7%, el mayor nivel desde el 2007. De todas formas registró un alza moderada a pesar del incremento de la ventas que los autores del estudio justifican en "la caída de los márgenes en los periodos de crisis".

A diferencia del periodo 2012-2014, cuando las empresas primaron la reducción de los costes operativos, de personal y la reducción de los precios de venta y los márgenes  para aumentar la facturación, en esta segunda etapa predominan los esfuerzos en mejorar el proceso de comercialización y el lanzamiento de nuevos productos. Esta tendencia se mantiene de cara al 2017.

El informe advierte del riesgo de que la mejora de la rentabilidad haya sido "artificial" y basada en la debilidad de las inversiones. Y eso es así porque en caso de subir los tipos de interés aumentaría el coste de financiación promedio y este superaría a la rentabilidad, lo que puede afectar sobre todo a las microempresas y a las pequeñas.

A pesar de la mejora de las condiciones bancarias, destaca el elevado porcentaje de los beneficios (las compañías con ganancias pasaron del 52% en el 2012 al 77% en el 2016) a la autofinanciación.