Las ciudades son la economía

Las ciudades son hoy por hoy los agentes económicos más poderosos. En una economía competitiva debe haber una cooperación entre el sector empresarial, el sector público y el tercer sector. Dentro del sector público, las corporaciones locales pueden ser din

Las ciudades son la economía_MEDIA_1

Las ciudades son la economía_MEDIA_1

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En la economía global lo que compite no son grandes extensiones territoriales, sino lo que se conoce como la comunidad económica, que está compuesta por: clusters empresariales concentrados geográficamente; una Administración Pública que les aporta capacidades y competencias necesarias para ese mercado global; y un tercer sector sin ánimo de lucro que complementa el conjunto. Es este conglomerado el que permite competir a nivel mundial. Hoy las ciudades son los agentes económicos más poderosos. El turismo es un ejemplo claro. Las empresas turísticas tienen que atraer a sus clientes. Sin embargo, hay capacidades en las que el Gobierno es esencial e insustituible; por ejemplo, el nivel de percepción de seguridad ciudadana. Así mismo entidades non profits son necesarias para completar la oferta turística; las cámaras de comercio, sindicatos y patronales, entidades educativas…, e incluso asociaciones festivas (las Fallas de Valencia están compuestas por entidades sin ánimo de lucro que apoyan el sector turístico en estas fiestas).

Así pues, en una economía competitiva debe haber una cooperación entre estos tres sectores: el económico, el público y el tercer sector. Ya no compite la economía española en su conjunto con la norteamericana, la inglesa o la china. Es el cluster empresarial de la cerámica, situada en la provincia de Castellón en su 90%, el que compite con el del norte de Italia o zonas azulejeras de China. Para ello necesita la colaboración del sector público que le aporta recursos. Por ejemplo la Universidad Jaume I es la única en España con una carrera de Ingenieros Químicos Cerámicos o un Instituto de Investigación Cerámica.

Dentro de estos poderes públicos son esenciales las autoridades locales (ayuntamientos y diputaciones). Aportan instalaciones, estabilidad institucional, apoyo promocional de la zona, servicios de transporte, infraestructuras urbanas... Sin ellas la competitividad de las empresas se vería mermada. Una compañía eficiente internamente podría estar en inferioridad de condiciones para competir si todos estos factores fueran deficientes. Un competidor menos eficiente internamente, con un sector público más dinámico, podría llegar a los mercados de manera más favorable.

Colocar la ciudad en el mapa

En una concepción moderna de la comunidad económica se necesita la co-opetición. Consiste en conseguir que los diferentes agentes económicos compitan y cooperen a la vez. Parece difícil, pero se produce mucho más de lo que pensamos. Por ejemplo en las ferias comerciales. En ellas las diferentes empresas compiten presentando sus productos o servicios y a la vez han tenido que cooperar para construir la feria. Las autoridades locales pueden jugar un papel de catalizadores a la hora de conseguir institucionalizar esas ferias comerciales. Al ser neutrales desde el punto de vista comercial pueden ayudar a conjuntar los diferentes intereses empresariales. Colocar la ciudad en el mapa es esencial para crear el efecto atracción. En este objetivo tiene mucho papel el ayuntamiento. Los poderes locales son un elemento clave en la economía de la co-opetición.

En esta economía de la co-opetición, el papel de los poderes locales es de animador e impulsor de las iniciativas empresariales. Eso exige que políticos y técnicos municipales tengan competencias relacionales para recoger inquietudes de los agentes económicos y concertar entre ellos, y con ellos, los planes de acción conjuntos. Planes incardinados en un plan estratégico de la ciudad. Planes que deben surgir de los ciudadanos y, en el campo económico, de los clusters empresariales y sus instituciones. Es un proceso de escucha activa que puede ser formal, cuando se convoca a los agentes, o desarrollado por los poderes locales de forma natural en el ejercicio de su gestión.

Un ayuntamiento, para impulsar esas acciones, es también un gestor de recursos, empezando por allegarlos desde otras instancias políticas, provinciales, autonómicas, estatales, europeas o internacionales. También privadas. La naturaleza de la corporación municipal le confiere capacidad de representación y confianza ante los posibles financiadores o quienes aportan subvenciones. Sin embargo, no debe ir solo en estas gestiones, debe ir rodeado por los diversos agentes involucrados en los  planes de acción.  Lo que no debe hacer es poner dinero de los impuestos municipales para este tipo de actuaciones. Es la diferencia entre un administrador público y un gestor público. En el primer caso, se limita a gastar el presupuesto que recauda. En el segundo, se marcan unos objetivos cuyos planes hay que financiar, en parte por los propios de los clusters, en parte mediante financiaciones o donantes. Los recursos financieros deben amortizarse con cargo a sus propios rendimientos. La economía tiene sus leyes y hay que respetarlas.

Una corporación local es un dinamizador económico de primer orden si es capaz de tener estas competencias. Las ciudades son la economía.