La diversidad hace la fuerza

Lanauva se encuentra en la céntrica calle Sant Francesc de Sabadell y quiere convertirse en un polo de actividad social, económica y cultural en el centro de la ciudad, con una propuesta tan transversal como creativa.

Un grupo de empresas crea un centro productivo interdisciplinario en el centro de Sabadell

roger serra

roger serra / periodico

ALBERT SEGURA / SABADELL

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Dicen que de las uniones más curiosas nacen grandes proyectos, y es lo que ha sucedido en Sabadell con la creación de Lanauva. Una empresa de arquitectos, otra vinculada al mundo del arte, una redactora creativa y un estudio de aplicaciones y realidad virtual han hecho posible el nacimiento de este espacio singular en el centro de la ciudad, donde más allá de dedicarse cada uno a lo suyo, la suma de sus actividades ha dado pie a nuevas oportunidades profesionales y sociales.

Las cuatro empresas compartían espacio en el vivero de empresas de Fira Sabadell. “Nosotros como Dau Apps creamos 'software' y aplicaciones para dispositivos móviles desde hace cinco años, y un día con una empresa, Visita 3D, nos planteamos ofrecer una aplicación con realidad virtual”, explica Roger Serra, responsable de la firma.

Esta primera unión de esfuerzos abrió la puerta a entrar en el mundo de la realidad virtual, aspecto en el que ahora se están especializando, ofreciendo sus productos a empresas medianas de Catalunya y el resto de España. Ello los ha llevado a crear aplicaciones para teléfonos móviles con tecnología de realidad virtual para clientes como la Fundació Antiga Caixa Sabadell o el Patronat de Montserrat, y que permiten realizar visitas guiadas sin moverse del sofá.

A partir de esa primera experiencia, Dau Apps se planteó junto a otras empresas crear un centro en el que pudiesen trabajar por separado, pero aprovechar las sinergias que podrían nacer de su coexistencia en un mismo emplazamiento. De este modo, junto al despacho Vallribera Arquitectes, los promotores de arte Artinpocket y la redactora creativa Tona Codina, crearon Lanauva, en referencia a la película de Federico Fellini 'E la nave va', donde un grupo de artistas tiran adelante un buque a partir de su explosión de creatividad.

La iniciativa les ha permitido abrir su oferta gracias a la unión de sus proyectos. “Seguimos haciendo cada uno lo suyo, pero casi sin buscarlo han salido trabajos conjuntos”, apunta Serra. Su unión buscaba algo más allá de lo empresarial, lo que dio pie a sesiones de 'networking' o formación, pero también nuevos flujos de relación a partir de algo tan mundano como una paella. “Al principio las celebramos los fines de semana entre nosotros y con amigos, pero se han ido invitando a clientes y colaboradores, y esto ha generado nuevos negocios”, detalla Serra.

Del mismo modo, han creado las 'Tes Talks', donde participa todo tipo de expertos en su materia para abrir la mente a nuevas propuestas. “Invitamos a gente a hacer charlas de lo suyo, no hace falta que estén vinculados con nuestros proyectos, y siempre acaban saliendo cosas interesantes y hasta nuevos trabajos”, señala Serra, que explica que estas iniciativas les han acabado generando nuevas iniciativas de trabajo conjunto.

Ante este singular espíritu empresarial, no es casual que la mesa de reuniones sea una mesa de pingpong y se encuentre en un antiguo cobertizo: “En el jardín tenemos un huerto urbano que cuida un exprofesor de inglés y con quien practicamos el idioma, y la calefacción no es de gas, es de leña, y el primero que llega tiene que encenderla”, apunta.

Pese a haber nacido hace cuatro meses, la previsión de Lanauva pasa por intensificar la actividad profesional a la vez que las propuestas alternativas, con lo que quieren convertirse en un nuevo polo económico y social de la ciudad.