La innovación busca el camino entre los recortes

El Acuerdo para el Diálogo Social Permanente firmado en el 2014 por el Govern y los agentes sociales incluía entre sus objetivos incrementar la inversión global del 1,51% al 2% del PIB en el 2020. Para ello, el Ejecutivo de Artur Mas se comprometía a «potenciar la inversión en I+D+i»  aumentando proporcionalmente las contribuciones privada y pública. El sindicato CCOO considera que el presupuesto de Empresa i Ocupació incumple el acuerdo al considerar insuficiente el incremento de la partida destinada a fomentar el I+D del 12%, que pasa de 18,22 millones en el 2014 a 20,46 millones en el 2015. Las medidas previstas para el impulso de la innovación también incluyen una mayor dotación para los centros Tecnio y el objetivo de que se conviertan «en los departamentos de I+D de las pymes» mediante ayudas en forma de cupones.

Toyota presentó en el Salón del Automóvil de Detroit inaugurado la semana pasada una auténtica bomba. El primer fabricante automovilístico mundial acaba de plantear una revolución en la lógica del proteccionismo industrial al anunciar la decisión insólita de liberar 5.680 patentes de su nuevo vehículo de hidrógeno (Mirai) con el fin de impulsar la tecnología de la pila de combustible. La decisión de la marca japonesa encaja con lo que los expertos del Consell Asessor per la Reactivació i el Creixement (Carec) de la Generalitat denominan como innovación disruptiva o radical.

Para los expertos, inversiones como las de Toyota son las más deseables porque constituyen «uno de los motores más importantes de crecimiento y de creación de riqueza tanto en las empresas como en los países». Sin embargo, para que se produzcan esas inversiones es necesario un clima propicio con una apuesta de las administraciones. «Las regiones más innovadoras -indica el Carec en un informe sobre I+D- son las que tienen un sistema público bien desarrollado y estable, que disfrutan de altas cuotas de empresas innovadoras, que complementan sus propios programas de inversión con el apoyo y colaboración de esquemas de financiación diseñados y aportados por el sector público».

Catalunya y España se han alejado de ese esquema idílico en los últimos años de recortes presupuestarios. Los datos de inversión en I+D, puesta en relación con los recursos europeos que recibe cada territorio, indican que el conjunto de España y la comunidad catalana «han bajado de segunda división a tercera división», según advierten los expertos.

Volviendo al ejemplo de Toyota, la distancia entre el gasto en I+D -incluyendo la inversión pública y la privada- de Japón con el de España y Catalunya es abismal, del 3,3% del PIB del país asiático al 1,3% en el Estado español y el 1,51% en la comunidad autónoma, según el último informe de la fundación Cotec.

Las previsiones para este año no muestran todavía una disrupción en el I+D, ni el público ni en el privado. La Generalitat destinará 21 millones al fomento de la innovación en el presupuesto del 2015, una cifra que el propio conseller de Empresa, Felip Puig, calificó de «insuficiente para el país» a pesar del incremento respecto al 2014. Al inicio de la crisis, esa cifra llegó a los 200 millones, tal como recordó la diputada del PSC Alicia Romero en el debate en el Parlament.

MÁS EFICIENCIA

En ese contexto de mantenimiento del gasto o de ligeras mejoras, el Govern ha puesto en marcha una estrategia para sacar más provecho a la inversión pública en innovación que tiene como una de las medidas importantes la fusión de los seis centros de innovación de la red pública Tecnio en un  hub al servicio de las empresas.

Puig ha fichado a un directivo con amplia experiencia en la industria como Xavier Torra, exdirector general de Simon, miembro del Carec y, desde hace unos meses, vicepresidente ejecutivo de Tecnio. «Catalunya ha evolucionado y mejorado mucho en materia de innovación. Pero en Catalunya, como en otros sitios, existe el riesgo de caer en el valle de la muerte. Es decir, que una gran innovación acabe en saco roto. El objetivo es que la innovación y la ciencia se acabe transformando a corto plazo en IVA y empleo. Innovar por innovar no», indica Torra como resumen del objetivo de la fusión de centros.

Después de años de preparación, la hoja de ruta marca unos plazos exigentes que prevén que los seis centros actuales (Ascamm, BDigital, Cetemmsa, CTM, Barcelona Media y Leitat) converjan en uno solo este mismo ejercicio. Estos centros contarán con 45 millones de apoyo público hasta el 2016, cuando se espera que puedan captar proyectos por valor de 100 millones, el doble de la facturación en el 2013.