CAMBIOS EN EL SECTOR AGRARIO

Incertidumbre en la granja

El final de las cuotas lácteas pone en vilo a los productores de leche en Catalunya.

Una explotación lechera en el Baix Empordà.

Una explotación lechera en el Baix Empordà.

SALVADOR SABRIÀ / BARCELONA

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Jordi Pujol Pujol está hoy más preocupado que ayer. Es uno de los tres productores de leche que quedan en la Vall de Ribes (Ripollès), de las 35 granjas que funcionaban hace solo un decenio. Y ahora ve el futuro con más incertidumbre porque desde este 1 de abril ya no funciona el régimen de cuotas lácteas de la Unión Europea. Un sistema que se inició en 1984 para evitar la sobreproducción, estableciendo unos límites para cada país miembro que debían permitir a los granjeros adaptarse a la demanda y renovar las explotaciones más rentables.

Pujol invirtió (el último gasto de más de 600.000 euros hace tres años), se integró en una cooperativa lechera y actualmente junto con dos familiares más gestiona una granja con 80 vacas que produce unos 650.000 litros al año, más o menos en la parte baja de las 627 explotaciones existentes en Catalunya en diciembre del 2014, según datos del Ministerio de Agricultura. Gracias al sistema de ventas del que forma parte, este mes está cobrando unos 32,5 céntimos de euro por litro, con unos costes de entre 31 y 32 céntimos. Un margen muy escaso, aunque sigue siendo beneficio, mientras que muchos otros ganaderos que venden la leche a la gran industria han entrado en pérdidas este año.

Pero el gran temor es de cara al futuro inmediato. Sin límites de producción, los ganaderos locales temen que los de Francia, Holanda y el centro de Europa copen con su oferta la demanda de la industria transformadora, que utiliza mucha leche en polvo. «Hasta ahora el regulador eran las autoridades europeas, y a partir de hoy lo serán las empresas», resume Pujol.

El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, lo ve desde otro ángulo: «El final de las cuotas es un reto porque una generación de productores tendrá que acostumbrarse a la volatilidad del mercado, y una oportunidad porque esta nueva situación puede fomentar el crecimiento y la creación de empleos si se focaliza en el valor añadido de sus productos».

SIN ESTABILIDAD

Muy bonito si fuese verdad del todo, advierte Unió de PagesosJoan Guitart, responsable nacional del sector lechero del sindicato, asegura que durante estos años «se ha producido un gran desequilibrio en la cadena de valor del sector lechero», en el que la industria y la distribución han impuesto unos precios muy bajos y sin estabilidad que han fomentado la desaparición de muchas granjas al hacerlas inviables, pese a que la producción de Catalunya no cubre la demanda.

De 1992 al 2013 cerraron en Catalunya 3.700 explotaciones de leche, unas 160 por año. Sin embargo, el total de producción es similar y la media por granja casi se ha multiplicado por ocho: de los 123.514 quilos de 1992 se pasó a 917.417 el 2013. La duda es si se podrá mantener y a qué precio.