El hotelero que cuidaba osos

Un empresario de Molló crea dos parques que conducen a 35.500 visitantes al Ripollès

El hotelero que cuidaba osos_MEDIA_1

El hotelero que cuidaba osos_MEDIA_1

CARME ESCALES / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para llenar las camas de un hotel, no solo hay que estar bien ubicado y contar con unas instalaciones atractivas. Hoy, un gran valor añadido para lograrlo, es ofrecer a los huéspedes cosas que hacer, en el propio establecimiento o en su entorno más próximo. Y, si no parece suficiente reclamo lo que ya existe, siempre se puede crear algo más.

Así lo ha hecho Toni Soler (Molló, 1954) propietario del hotel Grèvol de Llanars (Ripollès). Él mismo se ha fabricado el aliciente. Ha abierto dos parques, uno de animales y otro de aventuras, en el municipio vecino de Molló. 35.500 personas los han visitado el pasado año. "Es un gancho fabuloso", afirma David Gómez, dueño del camping Vall de Camprodon -a pocos kilómetros de los parques-. "Ha sido un excelente revulsivo para toda la comarca", afirma. "Si yo no cuido mi establecimiento, le estoy haciendo un flaco favor al sector turístico de mi alrededor. Pero si ofrezco calidad, estoy creando un gancho para todos. Y lo que ha hecho Toni Soler ha sido bueno para todo nuestro sector", dice Gómez. "Como todo lo que se hace desde la estación de esquí de Vallter 2000, que repercute en la comarca, ayuda a potenciarla. Todos lo notamos. Antes de tener estos parques, los clientes nos preguntaban qué podían visitar. Y hoy, muchos nos llaman para hacer sus reservas y nos dicen que vienen al Molló Parc", comenta el propietario del cámping.

"De los 35.500 visitantes que hemos tenido, 8.000 han sido niños", puntualiza el artífice de los dos espacios lúdicos, Toni Soler. El primero de sus parques lo abrió el 2010, después de inspirarse en algunas experiencias en otros países. "En un viaje que hicimos en coche, hasta Normandía, con mi mujer, nos fijamos en uno de los folletos que tenían en el hotel donde nos alojábamos", comenta. "Y fuimos a visitar un parque de plantas aromáticas que anunciaban", dice. "Viendo aquello, tan sencillo, que no nos pareció tampoco tan atractivo, pensamos que si aquella promoción, tan buena, la hiciéramos con algo que se nos ocurriera, bien hecho, en el Vall de Camprodon, tendría éxito", recuerda Soler.

Y, del pensamiento a la realización. En 14 hectáreas de bosque de su propiedad, y con el asesoramiento de un profesor de veterinaria de la UAB, ideó espacios de vida para diferentes especies de fauna -en su mayoría autóctonas del Pirineo-, y un itinerario para seguir a pie, que permite contemplar a los animales. Gamos, nutrias, marmotas, corzos, muflones, rebecos, ciervos, urogallos, rapaces, ardillas y osos son parte de su fauna. "Nos dimos cuenta de que el mundo animal toda la gente lo ama. Y fuimos a dejarnos asesorar por los mejores expertos", detalla Toni Soler. "Nos dijeron que en Antequera estaba la mejor reserva de lobos, y mi mujer y yo cogimos el avión para irlos a ver", explica el empresario.

Ahora es él el que monta su estand en ferias de turismo y pasa el video de su parque, en el que se dan a conocer la interacción de los niños, dando el biberón a los corderos de la granja, dentro de Molló Parc, o alimentando a las marmotas. "Esto último tiene un éxito tremendo", dice.

Aventuras en los árboles

El hotelero abrió el parque de fauna «en el peor momento de la crisis. Y 2013 también fue un año especialmente duro. Aún así, tuvimos entre 22 y 25.000 visitantes», declara. «Para aumentar esa cifra, instalamos un bar cerca del río y habilitamos una zona de picnic para los visitantes», dice. «Se trataba de crear nuevos incentivos para la gente que ya había empezado a venir, y sacar más rendimiento a las instalaciones». Y así fue como nació, el pasado año, Molló Parc Aventura, juegos y circuitos para salvar obstáculos entre los árboles, en una zona contigua al parque de los animales.

Soler construyó también cinco apartamentos rurales, casitas independientes de dos habitaciones para las familias que quieran alojarse junto a los parques. "Un negocio muere el día que dejas de pensar ideas para él", sentencia. Con una facturación de 400.000 euros y una inversión de 1,5 millones en los dos parques, solo en el último de ellos ha tenido el 27% de ayuda del programa europeo Leader, para el desarrollo rural.