La hora de la redistribución

SALVADOR SABRIÀ

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En las cúpulas de la patronal española, CEOE, y la catalana, Foment de Treball, el discurso imperante en estos momentos es que la recuperación económica ya se puede palpar. Quizá Juan Rosell, desde Madrid, y Joaquim Gay de Montellà, desde Barcelona, no utilizan en sus palabras la misma euforia que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según el cual «la crisis ya es historia». Pero coinciden en explicar en todos los foros en los que participan la buena nueva de la llegada del impulso a la actividad. No está claro si lo hacen con pleno convencimiento, o como una forma más de crear confianza y que esta sea a la vez una impulsora de la recuperación. Pero en todo caso, suena un coro unánime desde la patronal de las grandes empresas, al que se añadió la semana pasada el rey Felipe. Todos a una dispuestos a convencer, al menos con palabras, de que el eslogan de España va bien pronto volverá a ponerse de moda.

Puestos a creerse este argumentario, también debería tener otras consecuencias. La primera es la que destacó el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en el acto de entrega de la medalla de oro de Foment al rey Felipe: que hay que afianzar el crecimiento y que esto debe ir unido a una distribución más justa de la riqueza que se crea, con equilibrio y equidad. Dicho en un foro de empresarios, la traducción más clara es que ha llegado la hora de empezar a contratar más y de no solo acabar con las congelaciones salariales, sino incluso aplicar aumentos donde las empresas ya están recuperando la senda de los beneficios.

Este cambio, que cada vez reclamará con más fuerza la mayoría de la sociedad, lo deberán pilotar desde las cúpulas empresariales dos personas que han estado al frente de las mismas en los momentos más duros de la crisis: Gay de Montellà , en Foment, y, si no fallan los pronósticos, Rosell si es reelegido al frente de la CEOE el próximo día 17. No es posible ni deseable, si realmente el discurso de la recuperación responde a la realidad, mantener las mismas pautas de actuación y de negociación que hasta ahora. La renta per cápita disponible ha vuelto a descender este año, así como su capacidad de consumo. Y la incipiente creación de empleo no parece que rompa esta tendencia, dado que las condiciones económicas de estos nuevos puestos de trabajo son bastante peores que los precedentes. Ya sea por el peso de los contratos a tiempo parcial, o por los salarios. Si es verdad que vamos tan bien, también debe serlo que ahora ya toca una redistribución mejor. No lo dicen los líderes de Podemos, lo reclama una persona tan moderada en los aspectos económicos como Mas. Aunque también es cierto que hay elecciones a la vuelta de la esquina.