Análisis

Hacer befa de la realidad catalana: ¡lo que faltaba!

GUILLEM LÓPEZ CASASNOVAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sinceramente, no entiendo que, con la que cae (crisis de las finanzas públicas), el consejero de Hacienda de Madrid ose burlarse de la situación catalana cuando esta resulta de un drenaje fiscal que a él mismo le beneficia y que en todo caso los suyos han ayudado a crear. Nos dice que las empresas catalanas trasladan sus sedes a Madrid ya que ellos -el consejero y sus correligionarios- son un paraíso para los negocios. Añade que, como no gastan en embajadas (las tienen todas) ni en procesos soberanistas (la soberanía la ejercen ya desde el Estado), liberales como son se pueden permitir bajar impuestos y hacer más atractiva la fiscalidad empresarial.

Sorprendentemente, sin embargo, el mismo día esa Comunidad de Madrid pide nuevas ayudas al Estado ya que no puede cumplir con el déficit asignado. Y todo ello al mismo tiempo que el ayuntamiento de la capital tiene una deuda que sin ingeniería financiera no podrán satisfacer nunca los madrileños, y cuando todos empezamos ya a pagar las pérdidas de buena parte de las grandes infraestructuras viarias de conexión radial con la capital.

Añaden, efectivamente, ambas caras de la noticia leña al fuego a una opinión pública catalana damnificada por los recortes y que conoce y sufre una realidad bastante dura: una Generalitat asfixiada a pesar de toda la riqueza que genera Catalunya y del potencial tributario propio de que podría disfrutar (rentas primarias productivas y no transferencias) y a la que el Estado aboca a más y más impuestos. Este es, efectivamente, el escenario si el Govern debe mantener sus responsabilidades ante unos ciudadanos que mayoritariamente en el Parlament piden estructuras que les permitan sobrevivir tal como son, con lengua, cultura, economía productiva e idiosincrasia propias.

En cualquier caso, las cifras que fundamentan la supuesta noticia son bastante engañosas ¿Qué significa «migración de empresas»? Tener la sede en un lugar no significa tener también en ella la propiedad (recuerden la tergiversación de cuando Coca Cola Catalunya se hizo con la del resto del Estado). ¿Qué quiere decir «menos impuestos»? Para las empresas, la fiscalidad es una de las variables, no la fundamental. Y puestos a deslocalizar empresas, ¡siempre quedan los paraísos fiscales!

¿Han pensado esos ilustres liberales de la competencia fiscal en el debilitamiento de las sedes de la capitalidad propia, por el mismo principio de querer estar cerca del poder, de una potencial secesión catalana o vasca? ¿Qué quedaría de todas estas acciones que son puros registros mercantiles y que cambian de un día para otro al servicio de los intereses del capital? ¿No cuentan en la decisión de dónde hacer negocio el tamaño del mercado, la productividad de la gente del país, la cohesión comunitaria? ¿Solamente los diferenciales en el tipo de gravamen? ¿Están seguros?

Además, si la enfermedad catalana que hace que las empresas se vayan es el soberanismo, ¿cómo se explica que las de Castilla-La Mancha lo hagan en una proporción tres veces mayor que en Catalunya? ¿O las de Baleares y Valencia, gestionadas por los hermanos de saga partidista de los rectores de Madrid? ¿No será que el arco mediterráneo está igualmente asfixiado con la única salida de una fiscalidad responsable?

Si no fuera por la prensa nacionalista española que recoge este tipo de argumentos superficiales con comentarios de sesgo malevolente, creo que lo mejor sería despachar lanoticiacuestionando simplemente dónde está el estudio, y ante la respuesta replicar con un «¡qué cara!» y no perder más tiempo. De hecho, el Cigala, madrileño parece que de pro, ha pedido la ciudadanía dominicana (también figura en la prensa de ayer) y sudeslocalizaciónha sido poco más que una nota a pie de página.