La familia Puig compra el 4,7% de Colonial y la sede del grupo

Inmo, la sociedad inmobiliaria de la familia Puig, ha adquirido acciones de Inmobiliaria Colonial hasta alcanzar una participación del 4,7% en el capital de la compañía. Inmo abarca la actividad y el patrimonio inmobiliario del grupo familiar. La inversión de Inmo en Inmobiliaria Colonial, cercana a los 100 millones, responde a la voluntad de diversificar su exposición en el sector inmobiliario y se produce después de haber participado en la promoción conjunta de un edificio de oficinas junto a su sede.

Asimismo, Inmo ha resultado la compañía ganadora en el proceso competitivo con el que BBVA ha puesto en el mercado el edificio, heredado de Catalunya Caixa, que alberga la sede de Puig en la plaza de Europa de L'Hospitalet por haber presentado la mejor oferta, que puede rondar los 50 millones, según fuentes del sector. El inmueble, diseñado por Rafael Moneo y GCA Arquitectos, tiene una superficie de 14.300 metros cuadrados y 21 plantas.

El grupo familiar catalán de permufería Puig consiguió en el 2016 un beneficio neto de 155 millones de euros, lo que supone un incremento del 23% en relación con el año anterior. La mejora de la rentabilidad se ha logrado a pesar de los gastos adicionales derivados de la integración de Jean Paul Gaultier, que suma un 10% de la facturación.

Los ingresos de Puig, que también integra Carolina Herrera, aumentaron un 9% en el 2016, con lo que llegaron a 1.790 millones, lo que supone que el grupo se quedó "muy cerca" del objetivo que se había marcado de crecer a un ritmo mínimo del 10%, según ha explicado Marc Puig, presidente y consejero delegado de la firma. 

La evolución de los tipos de cambio de las monedas de algunos países emergentes hizo que el peso del negocio de Puig en esas zonas bajara en el 2016 hasta el 44%. "Creemos que el crecimiento vendrá en los países emergentes aunque con el inconveniente de que tienen mucha más volatilidad. La caída del 2016 es coyuntural", ha indicado el directivo. 

EXPANSIÓN SIN COMPRAS

Puig espera escalar este año otro hito en su expansión de los últimos años al llegar a una facturación de 2.000 millones sin ninguna compra prevista a corto plazo, solo con el crecimiento natural de sus marcas y con nuevos lanzamientos de productos. Las ventas de Puig crecieron un 13% en el primer trimestre en todos los países en los que está presente y un 8% en España. "Esperamos que el 2017 sea un año muy positivo en todos los aspectos y el objetivo es acercarnos a los 2.000 millones de facturación y mejorar el resultado". 

Sin embargo, Marc Puig ha indicado que el grupo es proactivo en la búsqueda de oportunidades que puedan aportar valor aunque ha advertido de que en los últimos años se han disparado los precios por la escasez de compañías. “Si viene una oportunidad y encaja, la perseguiremos”. 

En el 2016, el grupo catalán entró en las marcas de perfumería Granado de Brasil y EB Florals de Los Ángeles a través de la adquisición de participaciones minoritarias en esas cadenas.

A principios del 2017, Puig ha firmado una alianza con Luxasia de Singapur con la creación de una sociedad conjunta. Asimismo, ha abierto filiales propias en Colombia y Australia. “Vendemos directamente en 150 países y tenemos filiales en 22 países”, ha indicado Marc Puig.

CAÍDA DE VENTAS EN PARÍS Y FRANCIA

La compañía ha sufrido también las consecuencias del descenso de turistas en París y Francia, que es el segundo mercado de la firma y que registró un retroceso en el 2016 derivado de los atentados terroristas, especialmente en el primer trimestre, según ha explicado el máximo directivo. 

Dos terceras partes de la producción de Puig se hacen en España y el resto en Francia. "Teníamos una en Brasil pero la hemos cerrado y hemos relocalizado la producción en Europa", ha afirmado Puig, que ha añadido que todavía tienen capacidad de producción y para adaptarla a los picos estacionales. La firma tiene 4.430 empleados, con un 40% en España.

De cara al futuro hay un cambio radical con los nuevos comportamientos de los 'millennials' y la consolidación de los canales de distribución con efectos en los 'duty free'. Aunque en perfumería la penetración de internet es más baja que en otros negocios porque la gente quiere probar el producto, Puig ha indicado que "hay un interés creciente en el mundo digital para comunicarse con el cliente y vender directamente".