ESTRATEGIA DE UNA MULTINACIONAL CATALANA

Grífols, contra el alzhéimer

Hemoderivados  8 Un trabajador, en uno de los procesos de Grífols.

Hemoderivados 8 Un trabajador, en uno de los procesos de Grífols.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Grífols, la firma líder en suministro de plasma y productora de hemoderivados, ha redoblado su apuesta contra el alzhéimer al salir al rescate de Araclon Biotech, firma fundada en el 2004 especializada en terapias y métodos de diagnóstico de esta enfermedad degenerativa.

A través de Gri-Cel, su brazo inversor en proyectos de terapias avanzadas, ha adquirido el 51% de la compañía surgida de la Universidad de Zaragoza. Manuel Sarasa, director científico de Araclon Biotech, recuerda que, como último recurso y«a la desesperada» tras quedarse sin financiación, escribió una carta a Víctor Grífols, el presidente del grupo de hemoderivados, al que conoció un año antes.«Me dio cita enseguida, el pasado 14 de febrero. Lo recordaré siempre», afirmó.

Javier Jorba, responsable de la división de productos biológicos de Grífols, destacó que Araclon«estaba en una situación dramática, a punto de poner en marcha un ERE extintivo que afectaba a sus 22 investigadores». Eso, según Grífols, hubiera sido una enorme pérdida de capital humano y científico. Ahora, Grífols aportará todos los fondos que sean necesarios para que se desarrolle Araclon, afirmó .

Víctor Grífols destacó que, en estos casos, invierten sin pensar en el rendimiento a corto plazo, sino como una apuesta de futuro que puede ser útil también para otros frentes de investigación de la compañía. A través de Gri-Cel tiene también con el 60% de Nanotherapix, de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Hospital Germans Trias (Can Ruti), de Badalona.

En breve Grífols y Araclon pondrán en marcha el primer ensayo clínico de una vacuna contra el alzhéimer en la que trabaja la empresa zaragozana y que ha sido un éxito en las pruebas con animales. Las dos firmas se han marcado el objetivo de que las investigaciones sirvan para detectar la dolencia en estadios cada vez más precoces y desarrollar tratamientos que frenen la evolución de esta enfermedad incurable.

En todo caso, Sarasa explicó que habrá que esperar de 8 a 12 años para determinar si es eficaz y si se puede administrar de forma generalizada. La vacuna genera anticuerpos que contribuyen a reducir la proteína beta-amiloide, un elemento clave en el proceso de la degeneración cognitiva. Las dos principales líneas de investigación de Araclon son la vacuna y el desarrollo delkitde diagnóstico precoz de alzhéimer a través de los niveles de beta-amiloides en sangre. Tras esta operación, el grueso del I+D de Grífols se destina al alzhéimer.