SECTOR AGRARIO

La granizada de Lleida costará más de 3.000 empleos de temporada

Al menos un tercio de los 9.000 recolectores de fruta dulce contratados se quedarán sin empleo

Unos recolectores en un campo de frutales afectado por el temporal, en Torres de Segre, ayer.

Unos recolectores en un campo de frutales afectado por el temporal, en Torres de Segre, ayer.

LAURA BIELA / LLEIDA

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La fuerte lluvia, acompañada de granizo y piedra, que cayó en Lleida el pasado viernes no solo se llevó por delante 15.000 hectáreas de fruta dulce y cereal, sino también unos 3.500 puestos de trabajoUnió de Pagesos (UP) calcula que esta misma semana se sumarán a la cola del paro entre un 30 y un 40% de trabajadores de campaña, de los cerca de 9.000 que se han contratado en el campo leridano para esta temporada.

«Parte de nuestra producción, en algunos casos en su totalidad, está por el suelo. La que persiste todavía en los árboles tiene golpes, así que tampoco la podremos vender. ¿Qué podemos hacer? La única solución es despedir a la gente que tenemos contratada, porque no hay trabajo para ellos, y tirarlo todo al suelo», asegura el coordinador territorial del sindicato, Josep M. Companys. En su caso, de los seis trabajadores que tiene, dos los despidió ayer. El resto penden de un hilo y su futuro está vinculado a las pérdidas que calculen los peritos.

Las localidades más afectadas por el temporal fueron Soses, Alcarràs, Sudanell y Sunyer, las zonas donde más fruta dulce se produce durante la temporada estival. En algunos casos, la fuerte lluvia dañó entre el 80% y el 100% de la producción, arrancando incluso parte o todos los árboles de la finca. «Hacía años que no veíamos nada igual», comentan desde Unió de Pagesos. «Nos encontramos delante de la granizada más importante y devastadora de la campaña, y una de las más fuertes de los últimos años».

Otros municipios donde la piedra y el agua acabaron también con parte de la temporada fueron Puigverd de Lleida, Seròs, Montoliu, Golmès, Vilanova de Seana, Bellpuig, la Vall del Corb… y así hasta una veintena de pueblos del Segrià, les Garrigues y el Pla d'Urgell.

Ahora son los alcaldes de estas localidades quienes tienen que redactar un informe de valoración de los daños ocasionados en su territorio y entregarlo a la subdelegación del Govern de Lleida. Solo así conseguirán hacer la fuerza necesaria para que se les escuche y las administraciones busquen soluciones.

MEDIDAS EXTRAORDINARIAS

Los productores calculan que antes del 15 de agosto no tendrán fruta para comercializar. «Las cinco o seis variedades que teníamos actualmente por coger están destrozadas y no creo que podamos aprovechar nada», explica Companys, y no puede entender que todavía les ahoguen con los precios.

UP considera que la crisis que atraviesa el sector ha llegado al límite. Cree que es injustificada, incomprensible y cínica la inacción de la Comisión Europea al no activar las medidas extraordinarias complementadas por la Organización Comuna de Mercados de frutas y hortalizas. También consideran que la presión que reciben de las grandes cadenas de distribución centroeuropeas es un abuso que a estas les permite mantener los elevados márgenes de beneficio conseguidos el año pasado, agravados por el veto ruso, mientras ahogan al productor.

El sindicato estudia acciones de protesta contra las grandes cadenas alemanas de distribución, como Lidl y Aldi, para denunciar que están presionando los precios a la baja. Además, tampoco descartan llevar a cabo otras actuaciones contra establecimientos que, aprovechando la situación de crisis, inicien campañas reclamo con melocotones y/o nectarinas con precios extraordinariamente bajos.

El sindicato JARC-COAC no tiene suficiente con que Hacienda aplique reducciones en los módulos del IRPF y que Agroseguro perite lo antes posible, sino que también exige la condonación temporal de los pagos de la Seguridad Social de los trabajadores fijos de las explotaciones, y la reducción al máximo de los intereses de créditos suscritos actualmente y de los que puedan establecerse este año.

Para las centrales, las presiones que reciben los agricultores lo único que consiguen es cuestionar el futuro del actual modelo productivo frutícola catalán. Una situación que los productores quieren evitar ya que la única salida, afirman, sería cerrar sus explotaciones.