Las medidas para recaudar más

El Gobierno dinamita los salarios en especie

Distintivos de marcas de vales de comidas en un restaurante de Barcelona.

Distintivos de marcas de vales de comidas en un restaurante de Barcelona.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Nuevo apretón de tuercas a los trabajadores. Y a las empresas. Desde el 22 de diciembre, la mayoría de las retribuciones en especie como los vales de comida, de guardería, seguros médicos colectivos o aportaciones de la empresa al plan de pensiones han pasado a formar parte de la base de cotización de la Seguridad Social, de la que estaban exentas.

Esta novedad, que ha pillado por sorpresa a muchas compañías, se incluyó en la disposición final tercera del real decreto-ley 16/2013 de 20 de diciembre para favorecer la contratación estable, en el que se restringen sustancialmente las exenciones. Estas quedan limitadas a algunos gastos de locomoción e indemnizaciones por  fallecimiento.

El paquete de medidas entró en vigor el pasado 22 de diciembre, el día en el que se celebró la lotería de Navidad. Todo ello se combina con la obligatoriedad para las empresas de comunicar a la Seguridad Social todo lo que se paga a los trabajadores, sea en efectivo o en especie.

Muchas compañías, especialmente las pymes, han visto con sorpresa cómo crecen sus costes con los presupuestos del año ya en marcha, sin mucha posibilidad de cambio porque los beneficios sociales suelen estar incluidos en convenio. También afecta a la retribución de los empleados beneficiarios de estas ventajas, que se llevarán unas cantidades menores al bolsillo.

MÁS COSTE, MENOS SALARIO / Pese a que los tipos de cotización son iguales (31% para las empresas y 6,35% o 6,40% para los empleados con contrato indefinido), la base sobre la que se aplican es mayor. Por tanto, la empresa pagará más y el trabajador cobrará una suma neta menor.

Un ejemplo es esclarecedor. Una empresa con más de 1.000 empleados beneficiarios de vales de comida pasará a pagar 611 euros más por trabajador y los empleados percibirán 125 euros menos al año, explica Josep Ginesta, director del Área Laboral y Capital Humano de Ribé Salat Consulting.

La prueba de que el cambio ha sido por sorpresa es que muchas compañías aún proponían a sus plantillas recientemente estas ventajas. «Las empresas empiezan a darse cuenta ahora, al tramitar las nóminas de enero», explica Joan Maria Gimeno, presidente de la comisión económicofiscal de la patronal Pimec. Es una medida, añade, que aumenta los costes y que reduce el salario neto de los empleados en un contexto en el que estos se rebajan».

Afecta, por ejemplo, a la aportación que la empresa hace al plan de pensiones colectivo o al seguro médico, que muchas compañías han utilizado como ventaja social. La patronal de empresas de vales de comidas, que engloba marcas como Ticket Restaurant o Sodexho, ya ha puesto el grito en el cielo.

La Asociación Española de Emisores de Vales de Comida y Otros Servicios (Aeevos) opina que la medida, «tendrá consecuencias económicas y sociales graves» porque afectará también a los sectores que prestan estos servicios. A su entender, «con esta nueva legislación desaparece la principal ventaja económica de los beneficios sociales otorgados a los trabajadores a través de los vales y elimina un sistema con efectos beneficiosos, tal como se ha demostrado desde hace más de 35 años».

UGT también critica el hecho de que el Gobierno siga modificando «unilateralmente el régimen jurídico de la Seguridad Social en perjuicio de los intereses de los trabajadores». El cambio, añade la central,  «desincentivará al empresario a la hora de negociar estas percepciones y tendrá importantes efectos en materia salarial».

Según Ginesta, esta medida, que  elevará los ingresos de la Seguridad Social, «es contraria al modelo de costes contenidos y a los mensajes que se lanzan desde el propio Gobierno» y acabará con las políticas de retribución flexible para paliar las rebajas salariales. Y es un mazazo que se añade a otros incluidos en  los presupuestos del Estado del 2014. Uno de ellos es que las empresas con menos de 25 trabajadores pasan a hacerse cargo de los 20 días por año trabajado de los despidos. Hasta el 31 de diciembre pasado, pagaban 12 días y el Fogasa, los otros ocho.

En las negociaciones entre empresas y plantillas, las ventajas sociales se habían convertido en un elemento compensador. «Ahora la reducción de costes solo pasará por la rebaja de salarios», dice Ginesta.