Intangibles

De gallinas, futbolistas y moscas

Carlos Obeso

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Los futbolistas presentan coincidencias con la vida laboral de moscas y gallinas. La duración media es de unos 15 años, en las moscas 15 días; tienen un rendimiento laboral ascendente hasta un máximo, en el caso de las gallinas entre los dos y tres años, desde donde se inicia la decadencia, rápida en el caso de las moscas.

Cuando el rendimiento laboral depende del músculo, hacerse mayor es una mala noticia incluso para Cristiano Ronaldo. Pero, ¿estamos ante una ley universal? Aparentemente sí. Tener 45 años, o más, en España (o en Catalunya) supone  una dificultad para encontrar empleo y un alto riesgo de perderlo. Pero no es una ley universal. El profesor Capelli en Managing the older worker sostiene que, cuando las relaciones contractuales son cada vez más débiles y donde el trabajo físico se bate en retirada, el seleccionar trabajadores por su experiencia (que se incrementa con la edad) gana en atractivo al evitarse los problemas derivados de la relaciones a largo plazo. Es lo que ocurre en otros entornos.

El estudio Age diversity in SME, aparecido en agosto, informa que en Inglaterra y Escocia, en los últimos 12 meses, del 61% de empresas que han contratado personal un 24% se encontraba entre 45 y 54 años y un 20% entre 55 y 64. Una apuesta por la experiencia y por plantillas equilibradas por los beneficios que se derivan: se comparte conocimiento, se mejora la resolución de problemas y el servicio a los clientes. Puras razones de eficiencia empresarial. Y entonces, ¿por qué aquí funcionamos diferente? Habría que preguntárselo a los empresarios, pero que yo sepa nadie lo ha hecho. Así que lanzaré algunas conjeturas.

El país presenta claras deficiencias en cultura democrática. Ser presentador o presentadora de televisión, en muchas ocasiones, parece requerir además de profesionalidad, juventud y galanura. Pura discriminación laboral, probablemente anticonstitucional, pero que se vive como normalidad.

En muchas empresas, no se hace ningún esfuerzo por entender la dinámica cambiante de la edad. Se motiva al personal como si todos tuvieran 30 años. Consecuencia: los de 30 se motivan, pero los de 50 no. La profecía auto cumplida. Y luego están los estereotipos, muy presentes en un país con débil cultura científica. Se dice que con la edad se pierde inteligencia y por tanto rendimiento laboral. Una afirmación lógica, pero errónea. Para demostrarlo les propongo un ejercicio sencillo a realizar en familia (incluyan a los abuelos) extraído de un test que mide la inteligencia. Les doy cuatro nombres de ciudades: Madrid, París, Nueva York y Viena. Una de esas capitales es incoherente dentro del grupo. ¿Cuál es?

Sea cual sea el resultado, no saquen ninguna conclusión porque no es un experimento científico, pero al menos discutan sobre lo que ha pasado. Por cierto, yo que soy mayor tardé 10 segundos en encontrar la solución.