El FMI mejora las previsiones de paro y crecimiento de España

Por primera vez en muchos meses, las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las perspectivas económicas de España son algo más esperanzadoras que las de organismos nacionales. En su Informe de Perspectivas Económicas Mundiales, presentado este lunes en rueda de prensa en Washington, elFMI cifra en 19,4% la tasa estimada de paro para el 2011, por debajo del 20,7% que calculó el mes pasado elBanco de España. Para el 2012, la previsión es que el porcentaje baje hasta el 18,2%.

El informe del FMI también apunta a una ligera mejoría en las condiciones económicas generales del país, aumentando un 0,2% la última previsión que realizó sobrecrecimiento económico de España este año, que ahora sitúa en el 0,8%. Para el año que viene se calcula una expansión del PIB a un ritmo del 1,6%, también un 0,1% por encima de su anterior previsión.

El FMI destaca las medidas tomadas en el sector bancario español y el aumento de las exportaciones aunque, en términos generales, señala a la “recuperación modesta” en Europa, donde prevé que las economías avanzadas crezcan este año un 1,75% y un 2% el que viene.

Recuperación "desequilibrada"

En la mirada general al mundo, el FMI apunta a un crecimiento global de la economía del 4,4% este año y del 4,5% el 2012 (medio punto por debajo de su estimación anterior). Esa expansión seguirá liderada por los países emergentes, cuya expansión económica del 6,5% contrasta con el 2,5% calculado para las economías emergentes. “La recuperación sigue desequilibrada”, constata el informe.

En el documento se alerta también de los temores que producen los aumentos de precio de las materias primas y se señala que “los riesgos para recuperación causados por nuevos trastornos de la oferta petrolera son motivo de preocupación”. Asimismo, se asegura que “el bajo nivel de crecimiento implica que el elevado desempleo se mantendrá así durante muchos años” y al analizar las economías avanzadas se apunta entre los problemas a la debilidad de balances soberanos y a la “condición aún desfalleciente de los mercados inmobiliarios”.