El FMI mejora las previsiones de crecimiento de España

Su consejero económico asegura que no hay margen para la relajación

La directora del FMI, Christine Lagarde.

La directora del FMI, Christine Lagarde. / sj KS CDA

RICARDO MIR DE FRANCIA / Washington

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El Fondo Monetario Internacional ha confirmado este martes la trayectoria ascendente de la economía española. El guardián de las finanzas internacionales estima que España cerrará el año con un crecimiento del 0,9% del PIB, tres décimas más de lo previsto por sus analistas en enero, y se situará en el 1% en el 2015, dos décimas por encima de sus últimas previsiones. Pero la recuperación es todavía demasiado débil para hacer una mella sustancial en el paro y, según el FMI, no se bajará del 25% de desempleados hasta el año que viene. Junto al problema crónico del desempleo, la bajísima inflación inquieta a los analistas del fondo tanto como al Gobierno.

Los augurios sobre el crecimiento están en la algo por debajo de las expectativas del ministerio de Economía, que pretende revisar al alza sus previsiones antes de que acabe el mes, cuando remitirá a Bruselas el plan de estabilidad. Luis de Guindos ha dicho en los últimos días que confía en que se acabe el año en una horquilla entre el 1% y el 1,5% del PIB. Con una economía cada vez más volcada en las exportaciones, lo que sucede en el resto del mundo se ha vuelto especialmente importante para España.

En ese sentido, el FMI espera que “la recuperación global se refuerce, liderada por las economías avanzadas”, especialmente EE UU, Reino Unido y Alemania. “Las economías avanzadas están en proceso de recuperación porque los frenos que habían ralentizado la recuperación hasta ahora se están atenuando”, asegura el consejero económico del FMI, Olivier Blanchard, en una entrevista que acompaña al informe. Se refiere a cuestiones como la recuperación de la demanda o la relajación de las políticas de austeridad.

Previsiones

El fondo calcula que la economía global crecerá en el 2014 un 3,6% --seis décimas más que el año anterior-- y un 3,9% en el 2015, mientras la eurozona lo hará un 1,2% y un 1,5% respectivamente, dejando definitivamente atrás los números rojos. Para EEUU predice un 2,8% este año y un 3,0% el próximo. "No obstante persisten importantes riesgos de recaída", advierte el informe 'Perspectivas Económicas Globales', presentado en Washington, donde el FMI celebra esta semana su Asamblea de Primavera. Desde "una ralentización todavía mayor" en los mercados emergentes, a "una inflación más baja de lo esperado" en las economías avanzadas, o las "crecientes tensiones geopolíticas" a raíz de la situación que se vive en Ucrania o en el mar de China.

El FMI atribuye la aceleración de la eurozona a la recuperación del consumo de los hogares, a las exportaciones y a la suavización del ajuste fiscal dictado desde Bruselas y Berlín para salir de la crisis. Pero también señala que todavía existen lastres importantes para la recuperación, como el elevado desempleo y deuda, la baja inversión, la dificultad para acceder al crédito y la fragmentación financiera de la eurozona. "En las economías bajo estrés de la zona euro, se prevé que el crecimiento se mantenga débil y frágil porque la elevada deuda y la fragmentación financiera contienen la demanda", asegura el informe. Más positiva es la lectura de Blanchard al referirse a España, Portugal e Italia: "El crecimiento es ahora positivo, lo que es una buena noticia, pero no hay tiempo para relajarse".

Precios bajos

A los riesgos mencionados hay que añadir unos índices de estabilidad de precios demasiado bajos que, globalmente, atribuye a la caída de los alimentos y los hidrocarburos. La inflación en la zona euro quedaría este año en el 1,1%, siendo España el país que registre el nivel más bajo de los Dieciocho. Concretamente quedaría en el 0,3%, acercándose peligrosamente a la deflación.

Si bien la caída de los precios otorga al ciudadano un mayor poder adquisitivo, para el conjunto de la economía es un regalo envenenado porque los consumidores tienden a aplazar las compras importantes, ya que esperan que los precios sigan bajando, las empresas producen menos ante la caída de la demanda y las deudas apenas se deprecian, por lo que cuesta más pagarlas. "Un potencial período prolongado de baja inflación puede suprimir la demanda y la producción, así como el crecimiento y el empleo", advirtió la semana pasada la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

Baja inflación

Su preocupación la comparte el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien ha dicho que la baja inflación plantea "dificultades". Los dos dirigentes han pedido al Banco Central Europeo (BCE) que adopten políticas de estímulo no convencionales, como a las que han recurrido en los últimos años por la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, para aumentar el dinero en circulación y frenar la caída de los precios.