Las consecuencias para el empleo

El FMI certifica la «desesperada» situación del mercado laboral

A. S.
OSLO

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Crisis, pero no económica ni financiera, sino posiblemente social. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, expuso ayer en Oslo las consecuencias de la debacle que comenzó en el 2007 al afirmar que el mercado laboral mundial vive «una situación desesperada».

Durante su participación en la conferencia sobre la crisis y el paro organizada por primera vez de forma conjunta entre el organismo que dirige y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aseguró que el desempleo no solo supone un riesgo para la estabilidad económica sino para la política e incluso para la propia democracia. En su opinión «la crisis no habrá acabado hasta que el desempleo baje de forma significativa». Fue contundente al dibujar los riesgos que hay en el camino, en especial con los niveles de desempleo de los jóvenes, donde España destaca con una tasa del 40%.

«No debemos subestimar las perspectivas que afrontamos: una generación perdida, desconectada del mercado laboral, con una pérdida progresiva de capacidades y de motivación». En esta etapa de tinte más social del FMI, Strauss-Kahn abogó porque los países utilicen «todas las herramientas posibles» para combatir el paro.

La gran recesión, que se está superando no sin riesgos, ha dejado un volumen enorme de parados, lo que, a su entender, «amenaza las condiciones de vida, la seguridad y la dignidad de millones de personas en todo el mundo». Como ejemplo de ello aseguró que, de acuerdo con las estadísticas, un parado de larga duración paga con su salud la precariedad, ya que «su esperanza de vida puede reducirse hasta en año y medio», manifestó.

Todo ello ha creado las condiciones para que el FMI y la OIT trabajen de forma conjunta y ha culminado en la conferencia celebrada ayer bajo el título Los desafíos del crecimiento, el empleo y la cohesión social.

El director general de la OIT, Juan Somavía, aseguró que la estabilidad financiera y la social van de la mano, al igual que el crecimiento y el trabajo. «No hay otra forma de afrontar el problema que poner en el centro de las políticas la creación de empleo». Tal es el drama. También legitimó las protestas convocadas por los sindicatos contra determinadas reformas laborales, como la española.

Un estudio conjunto elaborado por el FMI y la OIT revela que la crisis se ha llevado por delante un total de 34 millones de empleos en el mundo desde el 2007, hasta situar el número total de parados en 210 millones, una cota jamás vista hasta ahora.

Todos los participantes en el encuentro de Oslo, particularmente la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, destacaron la necesidad de evitar que se produzca una situación de crecimiento sin generar empleo.

NUEVAS RECETAS / Strauss-Kahn afirmó que las claves para salir de la crisis pasan por una mayor cooperación y coordinación de políticas entre los gobiernos e instituciones, así como por las nuevas ideas: «Tenemos que pensar de forma diferente. Esta crisis no es como las demás. Las reglas de juego han cambiado. Esta prueba de fuego no se resuelve con las viejas recetas».

Todos los participantes defendieron esa óptica, incluido el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien alabó el papel de foros como el G-20 en la salida de la crisis. También avaló el punto de vista de tener un nuevo enfoque para generar empleo.