PREVISIONES ECONÓMICAS

El FMI alerta de posibles sacudidas por la deuda de los emergentes

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, pasea por el mercado de Pisac de Perú.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, pasea por el mercado de Pisac de Perú.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer de que el riesgo de nuevas turbulencias financieras se ha incrementado substancialmente por la fragilidad de las economías emergentes, altamente endeudadas y vulnerables a factores externos como una posible subida de tipos de interés en EEUU o una ralentización mayor de la esperada en la economía china.

El endeudamiento en estas zonas se concentra especialmente en el sector privado, con buena parte de las deudas contraídas en dólares. Ante las perspectivas de que se restrinja la liquidez en el sistema, el Fondo teme que una quiebra de empresas en los países en desarrollo pueda generar un efectos en cascada con sacudidas en todos los mercados internacionales.

"Las vulnerabilidades en los mercados emergentes son importantes por el espacio que ocupan en la economía global y la capacidad que tienen para transmitir los shocks a otros países emergentes y a las economías avanzadas", dijo ayer el español José Viñals, consejero financiero del FMI, en Lima (Perú), durante la presentación del informe sobre estabilidad financiera que se celebra en la ciudad sudamericana.

"Las recientes turbulencias en los mercados financieros son una muestra de la materialización de esos riesgos", dijo Viñals en alusión al pánico que se desató el pasado mes de agosto después de que China devaluara su moneda con la intención de impulsar sus exportaciones.

TRES BILLONES

Según los análisis del FMI, el sobreendeudamiento de las economías emergentes asencendería a unos tres billones de dólares. Es más pronunciado en China, seguido por otros países como Tailandia, Turquía, Brasil o Indonesia. Y si no se aplican medidas enérgicas, hay riesgos de que repercuta sobre el sector bancario, del que partieron, según el FMI, dos tercios de los préstamos adquiridos. A través de esa correa de trasmisión que todo lo une en la economía actual, los problemas podrían afectar a su vez a la deuda soberana de los países y repercutir sobre sus  costes de financiación, teniendo en cuenta además, que muchas de esas empresas tienen lazos estrechos con el Estado.

Hace solo unos años el ajuste hubiera podido hacerse, seguramente,  sin demasiados quebraderos de cabeza, porque los precios astronómicos de las materias primas generaron una bonanza que alimentó la expansión de muchas de esas empresas. Pero los precios se han desplomado y con ellos se ha frenado el crecimiento.

La falta de confianza de los inversores ha disparado las salidas de capital. Según una reciente estimación del Instituto Internacional de Finanzas, que representa a los grandes bancos transnacionales y fondos de inversión, se espera que cerca de un billón de dólares en capital extranjero abandone este año los mercados emergentes,

Viñals aseguró ayer que las economías avanzadas están mejor preparadas para hacer frente a posibles episodios de inestabilidad, después de las reformas acometidas en estos últimos años que han reforzados los colchones de capital de las entidades financieras. Pero una vez más le pidió a la Reserva Federal de EEUU que no se precipite a la hora de normalizar su política monetaria. "EEUU debería esperar a subir los tipos hasta que haya señales de que la inflación crece de forma continua y el mercado laboral sigue reforzándose", dijo Viñals.

El FMI lleva algunos meses insistiendo en que la Fed debería dejar para el año que viene su primera subida de tipos en casi nueve años. No solo le preocupa la posibilidad de que se frene la recuperación estadounidense, sino que el aumento del coste del dinero agrave el endeudamiento de los mercados emergentes. Aunque sigue siendo una incógnita cuándo moverá ficha la Fed, la insitución monetaria que dirige Janet Yellen ha dado a entender que podría ser antes de final de año.

"La estabilidad financiera global no está todavía asegurada y los riesgos de recaída permanecen", recalcó ayer Viñals a modo de advertencia.

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