POR LAS TENSIONES POLÍTICAS

Fitch se plantea rebajar más la solvencia de Catalunya

La agencia de calificación prevé mayores tensiones que pueden empeorar a corto plazo

Edificio de la agencia Fitch en Nueva York.

Edificio de la agencia Fitch en Nueva York. / JR/ML/CC

Agustí Sala / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fitch anticipa la posibilidad de rebajar más la nota de solvencia de la Generalitat debido a las últimas tensiones políticas con el Gobierno español. La agencia de calificación de crédito mantiene la nota de BB para la deuda a largo plazo, lo cual la mantiene en el nivel especulativo y con un riesgo crediticio de elevada vulnerabilidad o 'bono basura'.

Pero ha anunciado que la vigila de cerca con la posbilidad de una revisión negativa. La calificación actual es como la de BrasilGuatemala o Macedonia. Esta revisión, que si fuera de un grado se situaría como la de AngolaCamerún Libia, afectaría tanto a la Generalitat como al Institut Català de Finances (ICF). Fitch recuerda que en situaciones como la actual la revisión se hace teniendo en cuenta "situaciones en las que hay un cambio sustancial en la solvencia del emisor y es inapropiado esperar hasta la próxima fecha de revisión programada", que es el próximo 22 de diciembre.

"En este caso -agrega- la de desviación (sobre lo programado) está motivado por la reciente giro en las tensiones políticas entre el Gobierno central y Catalunya que probablemente empeoren a corto plazo". "Esto puede dar lugar a acontecimientos imprevisibles, incluida una posible interrupción en el flujo de los fondos de liquidez del Estado a Cataluña", aunque Fitch asegura que ése no es el "todavía el escenario base".

Consulta independentista

Todo ello a partir de la última consulta independentista, "que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional". "Fitch percibe niveles de incertidumbre sin precedentes, incluyendo la posibilidad de una declaración unilateral de independencia de Catalunya eventualmente seguida de una intervención del Gobierno central", agrega el comunicado.

La agencia calificadora espera resolver esta situación en los próximos seis meses, dependiendo del desarrollo de las relaciones entre el Gobierno autonómico y el central, y especialmente cómo afecta el apoyo de Madrid a la liquidez de Catalunya, que tiene al Estado como su principal acreedor.

Esta decisión de Fitch se suma al del miércoles pasado anunciada llevada a cabo por Standard & Poors (S&P), relacionada también con las tensiones políticas entre Madrid y Barcelona. S&P califica la deuda de Catalunya a largo plazo con una B+ y Moody's,con una Ba3. En todos los casos son niveles de 'bono basura' sin acceso a los mercados de capitales 

Moody's también advierte

La agencia de calificación crediticia Moody's cree que en el caso de que Catalunya declare su independencia de forma unilateral, la calificación de solvencia de España seguirá apoyándose en un 'grado de inversión' debido a sus "significativas fortalezas crediticias", al menos en el corto plazo, según señala en un informe de actualización de mercado. Al contrario, el impacto de la independencia sobre la calificación de Catalunya es "incierto". Según explica la firma, esta autonomía tiene unas necesidades de refinanciación "muy altas" y su liquidez se ha debilitado "significativamente" en los últimos años.

Así, en el caso de que la secesión finalmente se haga efectiva, Catalunya tendría que 'luchar' para poder acceder a los mercados financieros como estado independiente en un escenario de mucha incertidumbre. "El proceso de independencia probablemente será muy perjudicial, con unos riesgos operaciones muy importantes, así como con unas potenciales consecuencias financieras y económicas", señala Moody's.

La firma estadounidense indica que a pesar de que los bancos domiciliados en Catalunya se reubiquen en algún lugar de España, como ya han hecho Sabadell o CaixaBank, si tienen una exposición muy elevada en la zona podrían verse afectados negativamente en caso de ruptura.

Las empresas no financieras, por su parte, también podrían verse afectadas pero de manera más limitada. De las 34 compañías calificadas por Moody's con una exposición material a España, solo cinco de ellas generan más del 10% de sus ingresos en Catalunya. En caso de secesión, se deberá evaluar la capacidad de resiliencia de esas empresas. No obstante, 10 de las 34 empresas tienen su sede principal en la región, por lo que Moody's aconseja que, en caso de independencia y fundamentalmente aquellas que carecen de activos significativos en Catalunya, opten por reubicarse.

Con todo, Moody's continúa confiando en que Catalunya seguirá formando parte de España y no se convertirá así en un Estado independiente, aunque es un escenario que "no puede ser descartado a largo plazo".