ENCUENTROS DE ECONOMÍA

«La financiación de medicamentos tiene que cambiar»

El presidente de Farmaindustria, Antoni Esteve, se muestra optimista gracias al acuerdo alcanzado con el Gobierno para vincular el gasto farmacéutico con el PIB

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SALVADOR SABRIÀ: ¿Están notando las compañías farmacéuticas la recuperación económica?

ANTONI ESTEVE:En estos momentos el sector está recuperando confianza y eso es un indicador fundamental porque, en el fondo, somos empresarios y hemos de velar por la buena marcha de nuestras empresas. Hemos recuperado el espíritu de crecimiento, inversión y expectativas positivas. Pero venimos de un momento francamente complicado en el que el sector lo ha pasado mal y hemos tenido que aplicar medidas de recortes internos también en el I+D. Es doloroso porque sufrimos las consecuencias en el momento y resta confianza en las expectativas de futuro. Si tienes que recortar el I+D, baja la expectativa de futuro. Puede estar motivado por dos factores: por un lado la presión en el entorno sanitario ha disminuido y también las empresas tenemos necesidad de creer en el futuro.

¿Ha habido descenso de las patentes en el sector? ¿Se aprecia recuperación?

A. E.:Las empresas innovadoras quizá no ha sido tan castigadas por la crisis y siguen siendo competitivas con grandes contribuciones como los antivirales para la hepatitis C. En el futuro próximo habrá otras aportaciones a enfermedades sin solución, ya sean oncológicas, neurodegenerativas o inmunológicas. En la industria nacional, entre ellas Esteve, la reducción en I+D ha disminuido los proyectos. En Esteve nos hemos centrado en dos proyectos y hemos tenido que dejar otros. Si dedicamos menos a I+D, también hay menos patentes.

E. H.: ¿Esos nuevos medicamentos se esperan para un futuro inmediato?

A. E.:Sí, muy inmediato en los campos del cáncer, neurodegenerativas, como el alzhéimer o párkinson, y las inmunológicas, como la artritis reumatoide. El resto está servido porque ante esta avalancha de nuevos productos habrá que garantizar el acceso a esos medicamentos con los recursos económicos necesarios. Desde Farmaindustria estamos trabajando con varios escenarios. En la hepatitis C se ha tenido que recorrer a un modelo más reactivo del que hemos aprendido que era anticipable y con un efecto menor en las cuentas públicas. El sector farmacéutico ha actuado de forma responsable para facilitar el acceso y ponemos al paciente como prioridad.

E. H.: ¿Está hablando de política de precios de los medicamentos o bien de financiación parcial?

A. E.Hablamos de cualquier elemento que pueda beneficiar el acceso a los medicamentos. El modelo de financiación de medicamentos y la atención farmacéutica tienen que cambiar y tienen que ser replanteados. ¿Son sostenibles su universalidad y gratuidad con nuevos medicamentos y el envejecimiento de la población y su carácter universal? Una sociedad tiene que hacer frente a eso. Si se opta por mantener la universalidad y gratuidad, habrá que buscar los recursos. Si la respuesta es que el gasto farmacéutico no puede subir, tenemos un problema serio.

Pero, en un momento de recorte del déficit público, ha habido pocas medidas en esa línea, solo una revisión del catálogo de medicamentos y el euro por receta de Catalunya, que fue tumbado por el Constitucional.A. E.: El euro por receta se aprobó en Catalunya con las finalidades de recaudación, aunque con cantidades pequeñas, y de la concienciación del valor del medicamento porque su uso no es apropiado. Un modelo de copago ofrece la oportunidad de concienciar al beneficiario para que haga el mejor uso posible. En el sistema ambulatorio, la eficacia real del uso de un medicamento baja al 50% y eso, en términos de coste, supone que el 50% es ineficaz.

E. H.: El hecho de que esa medida haya sido recurrida por un Gobierno de centroderecha complica el debate político porque no hay nadie que abandere ese discusión.

A. E.:La respuesta del Gobierno central puede ser leída desde el marco que nos ofrece la Constitución, pero nosotros como parte del sistema sanitario vemos que esto, tarde o temprano, se tiene que cambiar. Eso lo saben todos, aunque no sé si la fórmula será el euro por receta u otra alternativa para que el beneficiario participe en la financiación.

ANTONI FUENTES ¿Qué receptividad encuentran a esas peticiones cuando persisten los recortes por parte de muchas comunidades autónomas en gasto farmacéutico?

A. E.:Hemos vivido momentos de mucha presión presupuestaria y es una reacción natural reducir el gasto farmacéutico. Cada comunidad tiene su fórmula mágica y eso genera grandes trastornos. La relación con algunas comunidades y con Madrid y Catalunya, donde está ubicada el 50% de la industria, cambia mucho porque también hablamos de política empresarial. En Catalunya se entiende cuando hablamos de competitividad, de fábricas y exportaciones, pero eso no es prioritario para otras comunidades. Se va mucho al cortoplacismo con miopía que dificulta el diálogo y provoca situaciones preocupantes por diferencias entre comunidades.

E. H.: ¿Cómo se encuentra el problema de morosidad de las administraciones con las farmacéuticas?

A. E.:Se ha arreglado bastante con el FLA después de llegar a unas cotas de morosidad inasumibles. La deuda ahora es de unos 2.350 millones de euros, que es un nivel soportable, porque se ha bajado mucho en días de pago, que se ha reducido a 170.

E. H.: ¿Eso quiere decir que el interlocutor en términos de liquidez es el Ministerio de Hacienda?

A. E.: Sí, efectivamente. El Ministerio de Hacienda se ha incorporado a la mesa de sostenibilidad del sistema farmacéutico y nos hemos hecho amigos de Montoro y su equipo. Conjuntamente con Sanidad estamos negociando un acuerdo marco de sostenibilidad para relacionar el gasto farmacéutico en función del crecimiento del PIB. Un sobrecrecimiento del gasto comportaría sentarnos a buscar soluciones. Es fundamental preservar el interés del paciente. Eso es mejor que lo que teníamos antes. Creo que no habrá un crecimiento del gasto por encima del PIB, pero en caso de que se produzca, la interlocución es buena para evitar fórmulas dañinas. Está acordado, pero pendiente de firma. Si quedamos satisfechos se podría prorrogar.

A. F.: ¿Las farmacéuticas intervienen ya en la política sanitaria?

A. E.: Sí, eso es fundamental. Nosotros tenemos que poder intervenir en la política sanitaria porque somos una pieza clave. Estamos predestinados a ser un aliado fiel del sistema y eso comporta que tenemos que aceptar sacrificios necesarios, pero no por decreto ley. Los decretos del 2011 y el 2012 nos hicieron mucho daño y las compañías nacionales salieron muy trasquiladas. Eso no puede volver a pasar. Para eso es necesario que participemos y poder prevenir con un marco aceptable para el Gobierno y para el sector.

E. H.: ¿En el acuerdo se prevén fórmulas para reducir el gasto?

A. E.:No, eso habrá que abordarlo cuando sea necesario pero su aprobación dependerá del Gobierno. Por eso, cuanto más sólido sea el Gobierno, mejor. El Gobierno que salga de las próximas elecciones tendrá que incorporar como asignatura prioritaria afrontar el inevitable aumento del gasto sanitario. Siempre es mejor que se haga mediante un pacto, más allá de un partido o una forma de entender la sanidad.

A. F.: ¿Están las empresas locales en disposición de crecer con compras o en mercados como Estados Unidos?

A. E.:Después de encogernos estamos buscando fórmulas de crecimiento. Algunas apuestan por mercados exteriores, otras por la diversificación, la capitalización y revisar el modelo de negocio. Todas tenemos ganas y creemos en el futuro porque vemos oportunidades en un sector creciente. Pero tenemos que revisar la forma en que hacemos las cosas, tenemos que ser creativos y valientes. Nosotros hemos diversificado y tenemos una pata privilegiada en química.

E. H.: ¿Podrán recuperar los puestos de trabajo perdidos en el sector farmacéutico?

A. E.:La voluntad es esa, tenemos que incorporar talento. En Esteve prescindimos de 200 trabajadores y en el conjunto del sector farmacéutico, de unos 6.000.