Farggi presenta un ERE para despedir a 153 trabajadores

La compra de La Menorquina por parte del grupo catalán Farga, el fabricante de la marca de helados Farggi, tendrá una segunda parte en forma de reestructuración laboral. La empresa Lacrem, del grupo Farga, ha comunicado a los sindicatos la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 153 trabajadores tan solo unos meses después de la adquisición de la firma La Menorquina, que elabora los helados del grupo Kalise.

El ERE se presentó el pasado día 12 de septiembre, según los sindicatos CCOO, UGT y USOC, y afectará a 153 trabajadores de los centros de Farggi en Poblenou (Barcelona) y de La Menorquina en Palau-solità i Plegamans y Santa Perpètua de Mogoda. En esos centros incluidos en el recorte de plantilla trabajan un total de 665 empleados. El recorte llega también después de la absorción por parte de Farggi de la histórica marca Frigo a la multinacional Unilever. La planta de Frigo en el Poblenou es una de las afectadas por el recorte y su producción será trasladada a las otras dos factorías. 

La empresa alega que el ajuste afectará a un máximo del 15% de la plantilla de Lacrem y que se debe a la "sobrecapacidad de producción de la planta de Barcelona y de Palau-solità i Plegamans, así como la fuerte estacionalidad en el sector de los helados".

La digestión de la compra de La Menorquina por parte del grupo Farga en abril de este año está siendo más pesada de lo que los sindicatos se imaginaban. "Con la compra de La Menorquina, el pez pequeño se comió al grande pero ahora el grande se come al pequeño", explica Alicia Buil, secretaria del sector de alimentación de la Federación de Industria de la UGT de Catalunya.

Alternativa a los despidos

La operación por la que la compañía de la familia Farga se hizo con la propiedad del negocio de helados de Kalise contó con el respaldo financiero del fondo Black Toro Capital, que invirtió 40 millones. La compra supuso la incorporación en el grupo de dos plantas de La Menorquina en Palau-solità y Santa Perpètua con unos 450 empleados, según han explicado fuentes sindicales.

Cinco meses después de la adquisición, el grupo Farga quiere reorganizar el negocio con un planteamiento que los sindicatos han rechazado al considerar que se trata de una propuesta desproporcionada y que oculta un interés en precarizar la plantilla.

De los 153 afectados, la empresa plantea evitar 76 despidos mediante la conversión de trabajadores con contrato indefinido en fijos discontinuos que trabajen en los meses de más demanda pero sin ninguna indemnización. El grupo también prevé externalizar tareas que afectan a 30 trabajadores.