La propuesta de un 'eurosalario' de Juncker descoloca a los sindicatos y choca con una UE dividida

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. / YH/RC

SILVIA MARTÍNEZ / Bruselas / ANTONI FUENTES / Barcelona

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La defensa que hizo el presidente saliente del Eurogrupo, Jean ClaudeJuncker, de la implantación de unsalario mínimo común en Europa dejó descolocados incluso a los sindicatos. La vehemencia de Juncker apelando a la necesidad de frenar la pobreza fijando un muro de contención en la base del mercado laboral fue más allá de la estrategia de "coordinación" del salario mínimo que defiende la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en sus últimos documentos.

"Acostumbrados a sus tesis cercanas al fundamentalismo liberal, al pedir un salario mínimo europeo Juncker es incoherente o bien se ha dado cuenta del fracaso de la estrategia que defendía antes", afirma Toni Ferrer, responsable de Acción Sindical de UGT. El presidente del Eurogrupo, que deja el cargo en unos días, ha puesto el dedo en la llaga de una asignatura pendiente más de la construcción europea que la crisis ha dejado más al descubierto: la falta de unidad en la lucha contra la pobreza, que en España amenaza al 27% de la población.

Aunque Juncker no dio la ecuación para calcular el "salario mínimo social" europeo,CCOO y UGT la tienen clara: el 60% de la media de retribución neta de cada país, el mismo objetivo previsto en la Carta Social Europea que está muy lejos de cumplirse en la mayoría de los países. En España, los 645,30 euros mensuales, o 752 euros con las pagas extras prorrateadas, equivalen al 40% del sueldo neto medio. Para cumplir el objetivo europeo, el SMI tendría que subir hasta 954 euros.

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