Un empleo en Marruecos

"Soy de Sevilla, viviendo en Salé (Rabat) y estoy buscando trabajo. Si conocéis algún centro de llamadas hispanohablante o restaurante para ayudar en la cocina, incluso para limpiar, ponerse en contacto conmigo. Gracias".

Este es el sorprendente mensaje de una joven sevillana, Verónica Álamo, en paro, que miró hacia el norte de África para abrir nuevos horizontes en su vida. Se subió en un barco en Algeciras con la sola esperanza de encontrar empleo y, así, desembarcó en tierras del islam con un desconocimiento profundo de Marruecos y ni palabra de francés o árabe. Le llamó supervivencia. Las únicas referencias que tenía del país procedían de un amigo, Redouan, que le ayudó a instalarse e iniciar un proceso de búsqueda de trabajo.

El mundo al revés. Nadie diría que los españoles se verían tan tentados como ahora por el mercado laboral marroquí para refugiarse de la tempestad económica.