España no es Grecia (y al revés)

El único dato incontestable: hoy es jueves, han pasado cuatro días desde las elecciones municipales y autonómicas (ojo, no generales) y en España no ha pasado nada. Pero los especuladores viven de lo que podría pasar, y por eso han estado removiendo carteras en general y valores en particular por si se podía rebañar algún beneficio. Lo han obtenido si vendieron el viernes, antes de las elecciones y recompraron ayer, más barato. Solo les faltaba que en el horizonte de crisis financiera global se apuntara a Grecia y su difícil negociación con sus acreedores internacionales. Pero ayer todo fue al revés de lo previsible: los futuros líderes del cambio en España, con sus primeros asentamientos municipales, enviaron mensajes tranquilizadores. Y desde Atenas llegaban noticias inesperadas hasta ayer mismo: el Gobierno de Tsipras sigue dispuesto a cumplir con sus obligaciones ante sus principales acreedores y estos, disimuladamente, le dicen que  hay resquicios para que la manguera de euros hacia Grecia vuelva a manar.

Total, que lo que ya se sabía que acabaría sucediendo, porque todos temen el efecto de una Grecia fuera del euro, se acabó interpretando como un éxito financiero y un mensaje de calma a los operadores de deuda pública europea. Acompañó que los grandes inversores solo siguen indicadores de peso, como saber que en Alemania aumenta la confianza de los consumidores, y que en la bolsa de Nueva York, en su apertura, la tendencia era mantener el verde.

El Ibex 35 siguió recogiendo el temor de que los nuevos gestores municipales serán más exigentes con las inmobiliarias y las energéticas. Pero consiguió remontar el 1,70% y alcanzó los 11.431 puntos.