PREVISIONES ECONÓMICAS

Bruselas alerta de las consecuencias de la parálisis política de España para el crecimiento

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. / EFE

SILVIA MARTINEZ BRUSELAS

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España seguirá creciendo a buen ritmo, un 2,8% en 2016 y un 2,5% en 2017, pero esta expansión será insuficiente para reducir el desvío presupuestario y la cuarta economía de la Eurozona seguirá incumpliendo a finales de este año sus objetivos de déficit público. El diagnóstico, recogido por la Comisión Europea en las previsiones macroeconómicas de invierno publicadas este jueves, apunta además a un riesgo adicional que complica el panorama de la economía española a corto plazo: la incertidumbre política derivada de la falta de gobierno.

“No se puede decir que las elecciones supongan un riesgo”, sostiene el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, que admite, sin embargo, que la tardanza en formar gobierno puede pasarle factura a la recuperación económica. “La fase de espera política es también fase de espera para los agentes económicos y eso es un riesgo. La incertidumbre política pesa siempre sobre los actores económicos. Es lo que subrayamos en nuestras previsiones pero no tenemos preferencias”, añadía durante la presentación de las nuevas cifras preguntado por las consecuencias de tener uno u otro partido más o menos partidario de los ajustes en el Ejecutivo español.Desde las últimas previsiones económicas de la Comisión Europea poco ha cambiado en el panorama español. El crecimiento sigue siendo robusto, por encima de la media europea, y avanzará ligeramente por encima de lo augurado en noviembre pero también el agujero fiscal será más grande lo que significa que España seguirá incumpliendo sus objetivos de déficit público.

A juicio del socialista francés, sea cual sea el resultado del proceso político, lo que está claro es que el próximo gobierno español tendrá que tomar medidas para reducir el agujero fiscal y situar el déficit público por debajo del 3% que fija como límite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Las nuevas estimaciones consideran que España cerró 2015 con un desvío del 4,8%, frente al 4,2% pactado con la UE, debido al estancamiento registrado durante el tercer trimestre del año cuando el gobierno del PP solo consiguió reducir el déficit una décima. Según fuentes del Ejecutivo comunitario, ese desfase adicional se debió esencialmente a un aumento del gasto, especialmente de las comunidades autónomas, y al repunte de la contratación pública.

MÁS AJUSTES

Para 2016, Bruselas mantiene su previsión de déficit en el 3,6, ocho décimas por encima del objetivo (del 2,8%), lo que significa que el nuevo gobierno necesitará una nueva tanda de ajustes de entorno a 8.600 millones de euros para cuadrar el desfase. El presupuesto español para este año, aprobado con enorme polémica por el gobierno de Mariano Rajoy justo antes de disolver las Cortes, no permitirá salvar este desfase y Bruselas ya ha anunciado por activa y por pasiva que lo primero que tendrá que hacer el nuevo gobierno es cambiarlo. “No vamos a modificar nuestra opinión. Es justa y tiene que ser tomada en serio. Las cifras lo que indican es que la opinión que dimos el mes pasado, objeto de no poco debate con ciertas interpretaciones creativas, siguen siendo opiniones válidas. Esperamos una nueva versión del proyecto de presupuesto cuando haya nuevo gobierno”, recuerda Moscovici.

Aunque Bruselas no se pronuncia sobre plazos -“hay un proceso democrático en España y la Comisión Europea y yo respetamos ese proceso”, insiste el comisario- lo cierto es que las fechas están marcadas en rojo en el calendario. A finales de abril, la oficina europea de estadística (Eurostat) validará las cifras de déficit de 2015 y si constata que España no ha tomado acciones efectivas para corregir la situación, la Comisión Europea podría proponer la adopción de sanciones contra España. Desde el Ejecutivo comunitario, admiten que el actual gobierno en funciones tiene las manos atadas en cuanto a la presentación de nuevas medidas pero insisten en que tiene margen y que puede empezar controlando el gasto de las comunidades autónomas.

RITMO ROBUSTO

Pese al aviso a navegantes a cuenta del déficit, el nuevo escenario macroeconómico muestra una economía española que sigue creciendo a un ritmo robusto, por encima de lo augurado hace apenas tres meses, por encima también de la Eurozona aunque por debajo de lo que augura el ministerio de Luis de Guindos: un 3,2% en 2015, un 2,8% en 2016 y un 2,5% el próximo gracias al tirón de la demanda interna, la fortaleza de las exportaciones y las inversiones en bienes de equipo. “El crecimiento económico se reducirá pero se mantiene robusto, apoyado por una creación de empleo sostenida, mejores condiciones de financiación, elevada confianza y bajos precios del petróleo”, resume Bruselas sobre la salud de una economía que verá caer el paro y a la inflación volver a terreno positivo.

El tono del análisis, en todo caso, ha variado poco respecto a noviembre. Se mantienen los nubarrones y las advertencias ligados a la evolución del déficit y a la contención del gasto público por parte de las comunidades autónomas, y, sobre todo, a un problema estructural para España como es la tasa de paro. El desempleo cae y seguirá cayendo pero se mantendrá entre los más elevados de la Eurozona: 22,3% en 2015, 20,4% en 2016 y 18,9% en 2017. Una evolución que confirma una ligera mejoría pero insuficiente para contrarrestar una realidad que se impone años tras año y es que la tasa española sigue duplicando la media de los países del euro. La nueva radiografía reitera también que la deuda pública seguirá disparada por encima del 100% hasta 2017.