España cae a la décima posición de la UE en ventas de coches eléctricos

El sector critica las nuevas ayudas y reclama más planes como los de Barcelona y Amsterdam

Citroën Berlingo Electric, producida en PSA Vigo.

Citroën Berlingo Electric, producida en PSA Vigo.

ANTONI FUENTES / AMSTERDAM

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Las ventas de coches eléctricos en España crecieron casi un 33% en el 2014. Sin embargo, ese porcentaje aparentemente contundente no puede maquillar los pobres resultados de los vehículos propulsados por baterías, que sumaron 1.076 matriculaciones, 265 más que en el ejercicio anterior, que sitúan a España a la cola de la electromovilidad en Europa. Con ese bagaje, el Gobierno ha optado por reducir y restringir las ayudas públicas a siete millones.

A pesar de las proclamas de dirigentes políticos a favor de los coches eléctricos, sobretodo en momentos de elevada polución en las ciudades cubiertas por la característica boina marronosa, el mercado de estos coches sin emisiones de gases se desarrolla con lentitud y ocupó en el 2014 la décima posición entre los países de la Unión Europea (UE).

Los 1.076 coches eléctricos vendidos en España el ejercicio pasado están muy lejos de los resultados de otros países como Francia, con 10.561 vehículos propulsados por la energía almacenada en sus baterías, o Alemania (8.522) o el Reino Unido (7.416). Todos esos países, al igual que España, son grandes fabricantes de automóviles. Pero las administraciones y las empresas privadas están haciendo una apuesta más decidida por implantar la nueva tecnología en el automóvil.

CAMBIOS EN EL MOVELE

La aprobación del nuevo plan Movele ha sido como un jarro de agua fría al reducir de 10 a siete millones los fondos, poner más exigencias a los beneficiarios como la contratación de un punto de carga y dejar sin ayuda las compras desde principio de año. Para la Asociación de Vendedores de Automóviles (Ganvam), los cambios «frenarán el despegue de esta movilidad» justo cuando requiere de más apoyo para superar una demanda «residual» de 65 vehículos al mes.

El sector encaja peor los magros resultados de España y el nuevo Movele debido a la discrepancia con las fuertes inversiones industriales. Entre los modelos que se fabrican en el país destacan la furgoneta eléctrica e-NV200 de Nissan en Barcelona, de la que en el 2014 se vendieron unas 10.000 unidades -a pesar de haber comenzado su producción a mediados de año y de no contar todavía con algunos mercados- que forman parte de los 61.507 vehículos con energía eléctrica que comercializó la marca japonesa el año pasado, lo que representa un 28,5% de incremento respecto al 2013. Además, la planta de PSA en Vigo produce las versiones eléctricas de Peugeot Partner y Citroën Berlingo.

Entre los destinos de la e-NV200 se encuentran cientos de taxistas en toda Europa, así como empresas de reparto urbano de mercancías. Aquí nuevamente las cifras son mejores fuera de España.

La decena de taxis con ese modelo que ya circulan en Barcelona, una de las ciudades que se toman como referencia en el impulso a la electromovilidad, se multiplican por las calles de Amsterdam, por ejemplo, junto al Nissan Leaf y a los deportivos de la compañía productora norteamericana Tesla.

CIUDAD SIN EMISIONES

El máximo responsable mundial de vehículos eléctricos de NissanRobert Lujan, aseguró en un encuentro de electromovilidad celebrado en Amsterdam que los planes de apoyo con medidas de todo tipo son fundamentales y anima a seguir los pasos de la ciudad holandesa y de otras como LondresParís, así como Barcelona para implantar con más velocidad los nuevos automóviles sin emisiones. A juicio de este alto representante de Nissan, España se encuentra todavía «al inicio de la introducción de los nuevos vehículos».

Amsterdam, por ejemplo, una de las grnades referencias, se ha marcado el ambicioso reto de convertir el centro de la ciudad en un territorio sin emisiones de gases, o al menos acercarse a él. Y lo hace mediante subvenciones de 5.000 euros para automóviles eléctricos y de 40.000 euros para camiones, según explicó Art van de Giessen, responsable del proyecto.