La empresa familiar catalana retuvo más el empleo que el resto durante la crisis

Las empresas familiares catalanas que han superado la crisis han retenido el empleo más que el resto de compañías. En términos agregados, por cada millón de euros de facturación, las firmas controladas por parientes tenían una media de 8,5 empleados, frente a 7,3 del resto en el 2007, mientras que se elevó a nueve en el 2014, frente a 7,2 de las empresas que no están en manos de parientes. 

Son datos que se destacan del estudio 'La empresa familiar en Catalunya', presentado en Barcelona por la Associació Catalana de l'Empresa Familiar (ASCEF) y el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), el cual revela también que las firmas cuyos principales accionistas son familias generan en Catalunya tres de cada cuatro empleos, dos tercios de la actividad económica y suponen casi nueve de cada 10 de las empresas existentes. El informe supone la regionalización del que el IEF hizo para el conjunto de España, que también destacaba el compromiso de estas compañías con el empleo, incluso a costa de perder rentabilidad y competitividad.

COMPROMISO

Como consecuencia de ello, la rentabilidad económica de las empresas familiares, que en el 2007, antes de estallar la crisis, era del 8,74% (8,42% de media para el resto) se redujo hasta el 4,49% en el 2014 (5,59% para el resto). La razón hay que buscarla en "el compromiso con el empleo, que hace incrementar los gastos de personal, lo que afecta al resultado final", según los autores del estudio.

El informe lo han presentado el presidente de la ASCEF, Jaume Grego; y el director general del IEF, Joan Corona, junto con Francisco Gómez-Trenor, director general de Mirabaud, que también participan en el estudio junto con la red de cátedras de la empresa familiar. El peso de estas compañías en la economía catalana es del 68,9%, aunque se eleva hasta el 73% si se excluyen las 100 mayores. Con respeto al conjunto de España, las empresas familiares catalanas tienen un mayor peso, dos tercios frente al 60% del resto; y mayor aportación al empleo, con tres de cada cuatro fente al 70% del resto. 

Una de las asignaturas pendientes sigue siendo la dimensión, que es imprescindible para internacionalizarse (otro de los retos), ha subrayado Corona. Ha insistido en la necesidad de políticas que incentiven el crecimiento y no quedarse en menos de 50 empleados por motivos fiscales, mercantiles o laborales. La mayoría de las empresas al alcanzar ese umbral o se quedan cerca del mismo o se diversifican mediante otras sociedades para no superarlo, ha explicado. Eso, ha agregado, es algo que no hacen las empresas alemanas.

PROTOCOLO

Otro reto es generalizar el protocolo familiar u otro tipo de documentos que sirvan sobretodo para "anticipar posibles conflictos" en caso de sucesión o relevo generacional. Casi el 60% de las compañías a las que se ha encuestado para el estudio consideran que este tipo de documento no es necesario. Corona ha agregado que, en cambio, se puede decir que el 100% de las de mayor dimensión, lo tienen.   

Otro de los rasgos distintivos de estas empresas ha sido su similar nivel de endeudamiento con el resto a pesar de partir de una cota de pasivo más elevada. Así, han pasado del 57,16% frente al 55,66% del resto en el 2004 al 48,09%, frente al 48,12% del resto en el 2014. Los autores destacan que han mantenido la financiación con recursos propios y han tenido más dificultades para obtenerlos de tececeros.

En la encuesta realiza que incorpora el informe, realizada a 226 consejeros delegados o cargos similares se representa a compañías con una media de 45 trabajadores y una antigüedad de la empresa de 42 años, lo que supone que la mayoría nacieron a finales de los años 70 o principios de los 80. En todo caso, en torno al 4% del total son centenarias. Uno de sus objetivos principales que declaran con mayor frecuencia es mantener los resultados, muy por encima de la protección de los miembros de la familia.