Ralentización en europa

Draghi reconoce que la economía de la zona euro "pierde impulso"

Mario Draghi, presidente del BCE, ayer.

Mario Draghi, presidente del BCE, ayer.

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

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el presidente del Banco Cental Europeo (BCE), Mario Draghi, se hizo eco ayer de la señal de alarma sobre el crecimiento que se repite día sí y día también: «La economía en la zona euro pierde impulso». El presidente del banco guardián del euro hizo hincapié en la ralentización de la economía europea en el transcurso de una de sus comparecencias periódicas ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Una constatación de que los máximos responsables de la macroeconomía no se han cansado de repetir en el último mes, con el presidente del Eurogrupo (foro de los ministros de Economía de la zona euro) a la cabeza, Jeroen Dijsselbloem, seguido del comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Jyrki Katainen. La recuperación es «débil» y «lenta», por citar dos de los adjetivos citados, y el fantasma de una tercera recesión planea sobre una Europa exhausta. Y el ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha alertado de que esta desaceleración global afectará a España, uno de los pocos países ahora en fase de crecimiento.

Tras una primera expansión

-describió Draghi a los europarlamentarios-, «el crecimiento de la zona euro y el producto interior bruto (PIB) real llegaron a un punto muerto en el primer y segundo trimestre del año».

El alto índice de paro, el crédito débil y una inflación muy baja

-0,3%, muy por debajo del 2% recomendado- lastran la recuperación, según el banquero italiano. Una inflación que continuará en la misma línea lo que resta de año y solamente aumentará progresivamente a partir del 2015 y el 2016, según las previsiones del banco.

Una vez dibujada la nada halagüeña perspectiva, el presidente del BCE dio cuenta a la comisión parlamentaria de las medidas adoptadas a principios de mes con el objetivo de hacer fluir el crédito.

MEDIDAS NO CONVENCIONALES /  La bajada de tipos de interés a un histórico 0,05%, la intención de comprar deuda -titulizaciones respaldadas por créditos (ABS)- y la inyección de liquidez para la banca a través de las subastas (TLTRO, en sus siglas en inglés) son las principales medidas.

Draghi volvió a lanzar un mensaje a los países miembros de la UE para que lleven a cabo las reformas estructurales necesarias con el objetivo de sacar el máximo partido a la política monetaria y fiscal. «Los estímulos monetarios y fiscales no pueden tener un gran efecto sin reformas estructurales», expuso Draghi para añadir: «La crisis solo quedará atrás cuando la confianza regrese a la economía real y en particular en la capacidad de las empresas de adoptar riesgos, invertir y crear empleos».

Con respecto a la subasta de liquidez para los bancos realizada el jueves pasado, donde las entidades solicitaron mucho menos de lo previsto por los expertos, el presidente del BCE se justificó diciendo que ya contaban con ello y que el balance debe realizarse una vez se efectúe la subasta prevista para diciembre.