El BCE allana a Rajoy el camino del rescate

Merkel y Rajoy, durante la rueda de prensa que han ofrecido este jueves tras reunirse en la Moncloa.

Merkel y Rajoy, durante la rueda de prensa que han ofrecido este jueves tras reunirse en la Moncloa. / pdm

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha dejado en manos del Gobierno español la decisión última para aliviar la crisis de la deuda y dar paso a un verdadero rescate financiero. El supervisor monetario europeo ha anunciado que comprará deuda soberana de los países con problemas, como España e Italia, pero con condiciones. La primera de ellas es la petición de un rescate con cargo a los fondos comunitarios.

En manos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, queda la decisión de acogerse a esta ayuda para oxigenar las cuentas públicas. La oferta de Draghi es la esperada, y las bolsas han reaccionado este jueves al alza. La prima de riesgo de España ha bajado de la cota psicológica de los 450 puntos y el caramelo de la calma ya está sobre la mesa. Como contrapartida, una nueva dosis de pérdida de soberanía, condiciones más suaves quizá de lo esperado pero condiciones estrictas al fin y al cabo.

Bolsas

BolsasLas bolsas europeas, especialmente la española y la italiana, y los mercados de deuda reaccionaron este jueves con auténtica euforia al anuncio de las medidas anunciadas por el BCE para resolver la crisis de la deuda soberana. La bolsa española se disparó al cierre un 4,91%, algo por encima de la italiana, que subió un 3,98%. El resto de plazas europeas se sumó al optimismo, con ganancias del 2,11% para Londres, y del 3,06% para París, y lo mismo sucedió con Wall Street.

Los detalles

Los detalles del nuevo programa de compra de deuda soberana, que se llama 'Outright Monetary Transactions' (OMT), conforman el conjunto de condicionantes a una ayuda financiera que Rajoy, tras en encuentro en Madrid con la cancillera Angela Merkel, se resiste a pedir de manera abierta. De hecho, volvió este jueves a eludir decir si pedirá o no el rescate. El presidente del Gobierno parece de nuevo a la espera de que los mercados digieran las decisiones de otros y sirvan como bálsamo para los lastres propios. Y no hay que olvidar que el Bundesbank, el banco central alemán, sigue oponiéndose a que el BCE sea la tabla de salvación para la financiación de los países con problemas.

Condiciones

El BCE condiciona su intervención en el mercado secundario de deuda soberana a que el país con dificultades de financiación solicite ayuda al fondo de rescate temporal (FEEF) o permanente (MEDE). Pero el BCE no exige que el país del que compre bonos se acoja a un programa de ajuste macroeconómico completo, como el que tienen ahora Portugal e Irlanda, sino que también aceptará la llamada línea de crédito preventiva, que es menos severa ya que tiene condiciones y procedimiento más suaves. Se denomina Enhaced Conditions Credit Line (ECCL) y contempla líneas de crédito entre el 2% y el 10% del producto interior bruto del país que la solicite. Tanto el programa de rescate temporal como el permanente contemplan la posibilidad de comprar deuda en el mercado primario (directamente al país emisor de los bonos).

Operaciones a corto y medio plazo

Según el conjunto de condiciones dadas a conocer por el BCE, "las operaciones se centrarán en los bonos soberanos con vencimiento entre uno y tres años". En este sentido, no se fijan límites cuantitativos a priori para el tamaño de las operaciones monetarias directas, lo que se ha venido a llamar la compra ilimitada de deuda soberana.

El objetivo de todas estas medidas es que la prima de riesgo, la diferencia de rentabilidad exigida por los inversores con el bono alemán, se reduzca de manera relevante. Si el BCE financia al país a precios bajos, lo lógico es que los costes de financiación del mercado también bajen. 

La oposición del Bundesbank

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha reiterado su rechazo al nuevo programa de compra de deuda soberana de los países de la zona del euro con problemas de financiación. El Bundesbank critica que con esta intervención el BCE puede redistribuir notables riesgos entre los contribuyentes de diferentes países: "La legitimación democrática de una redistribución así está en los Parlamentos y en los Gobiernos", según Weidmann. El temor es que los costes de financiación de la deuda alemana vayan a subir, algo por otra parte lógico ya que quizá en el pasado los costes de financiación anormalmente bajos que ha disfrutado la economía alemana se han debido también a la influencia positiva ejercida por el resto de países de la UE para el país, tanto como mercado como foco de las inversiones especulativas alemanas.