LOS MERCADOS

Diablos, abogados y enemigos

PABLO ALLENDESALAZAR

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En los antiguos procesos católicos de canonización existía una figura conocida como el procurador fiscal cuya misión era exigir pruebas y detectar errores en la documentación con la que se pretendía elevar a los altares a un candidato a beato o santo. Su nombre popular, con todo, era el de abogado del diablo, una expresión que se ha incorporado al idioma para definir a alguien que defiende causas impopulares.

Pero vayamos más allá, pongamos que alguien tiene un lapsus y afirma ser el «enemigo del diablo», en lugar de su letrado de cabecera. Eso nos lleva a otra expresión popular relacionada con el maligno de los cristianos: el diablo está en los detalles.

Casi como si llegara el diablo, precisamente, parecía que se iban a tomar los inversores la victoria de Syriza en Grecia. Sin embargo el lunes, el primer día después de las elecciones, los mercados reaccionaron con subidas, como si fueran sus abogados. Ayer, sin embargo, parecían sus enemigos: no gustó la formación de un Gobierno que se interpretó como de marcado carácter antirrescate.

No fue el único elemento que enturbió el ánimo de la jornada. Standard and Poor's rebajó la calificación de Rusia hasta el nivel de bono basura, algo que no sucedía desde hace una década. Y Wall Street abrió con pérdidas por los malos resultados de Microsoft y la incertidumbre sobre la reunión de la Reserva Federal y posibles cambios en los tipos.

El Ibex 35, así, bajó por primera vez en nueve sesiones (0,91%, a los 10.598,9 puntos) con la prima de riesgo en los 101 puntos básicos.