EXPERIENCIAS PERSONALES

Cuando la tecnología no es la solución

Dos usuarios de más de 60 años, Enric Roldan y Montserrat Ferrer, explican sus problemas con la banca 'on line'

Un cajero automático en Barcelona.

Un cajero automático en Barcelona. / periodico

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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La banca por internet tiene sus ventajas, pero también sus problemas. Algunos clientes, en especial los de mayor edad, no acaban de acostumbrarse a tener que hacer, ellos solos, toda la operativa. Estos son dos casos.

LA OFICINA MASIFICADA

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"Esto es peor que ir al médico", asegura Enric Roldan (63 años de edad), usuario de una oficina de CatalunyaCaixa (BBVA) de L’Hospitalet de Llobregat. "Las colas son interminables, venir a realizar un gestión supone entre 45 minutos y una hora y media". Roldán no es precisamente un analfabeto digital. Pese a la edad, se desenvuelven bien con la banca 'on line', pero tiene que acudir a la oficina con alguna frecuencia: "Siempre hay operaciones que hay que realizar presencialmente".

Roldan destaca que la entidad financiera acaba de cambiar su sistema informático y cajeros automáticos. Probablemente son más sofisticados que los que la sucursal tenía con anterioridad, lo que dificulta la operativa y alarga las colas. "Los empleados de la oficina intentan ayudar, pero también están desbordados", comenta.

En su opinión, la entidad intenta dirigir a sus clientes hacia la operativa electrónica. "Pero una persona de 70 años, lo que espera es que se la atienda en la oficina sin que tenga que hacer una larga espera", apunta. Ahora no solo ha cambiado la tecnología, también han cambiado los empelados de las oficinas, con lo que relación con los clientes también es diferente. "En realidad intentan desplazar a los clientes de la oficina, pero hay mucha gente que cobra la pensión y que quiere venir a la oficina a cobrarla y tampoco se desenvuelven bien con la operativa 'on line'. Eso tiene difícil solución.

MIEDO A NO HACERLO BIEN

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/0\/1480957718605.jpg","author":null,"footer":null}}Montserrat Ferrer tiene 81 años, vive en Girona, en la carretera de Barcelona, y pese a su edad se maneja bien con las nuevas tecnologías, incluso es capaz de manejar el Photoshop sin problemas y realizar vídeos. Todo ello, gracias a un curso realizado a través de la Obra Social de La Caixa. Tenía dificultades para manejarse con el ordenador e internet y consiguió mejorar ostensiblemente gracias a uno de los cursos denominado 'Superndo Barreras' que la fundación realiza para personas con dificultades de acceso a las banca, ya sea a las oficinas o a la tecnología o, como en su caso, a la letra pequeña. 

Pero, pese a sus conocimientos, se resiste a realizar la operativa bancaria a través de internet. Prácticamente no utiliza ni el cajero, si no es con asistencia de algún empleado de la oficina en la que recibie la pensión y tiene su cuenta. "Es que me da miedo no realizar bien la operativa", dice. Así que prefiere acudir a la oficina. "Voy una vez al mes a sacar el dinero que necesitode la pensión", explica. "Prefiero sacar el dinero en la oficina, ya que a veces incluso hay más cola en el cajero que en el interior", comenta.