EL FUTURO DE LAS ECONOMÍAS EN DESARROLLO

La crisis de los emergentes, el último eslabón de la gran recesión

Trabajadores ensamblan coches en una fábrica de Toyota en Bidadi, India.

Trabajadores ensamblan coches en una fábrica de Toyota en Bidadi, India.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La cadena de atentados terroristas de París acaparó de forma inevitable la agenda de la cumbre del G-20 que finalizó el lunes en Antalya (Turquía) orillando así la preocupación por el que parece ser el nuevo eslabón engarzado por la gran recesión del 2008: los países emergentes.

Tras la crisis financiera y de deuda pública en EEUU (2008), vino la recesión económica mundial (2009). Después estalló la crisis de la deuda en la zona euro (2010). Ahora, la espiral interminable de la gran recesión parece haber encontrado un nuevo bucle en las economías emergentes con elevado endeudamiento.

De algún modo, la crisis de deuda que amenaza con estrangular el crecimiento de algunas de estas economías tiene su origen, precisamente, en el tsunami de dinero que salió de las economías avanzadas huyendo de los bajos tipos de interés con los que EEUU, Reino Unido y la zona euro han intentado reanimar el encefalograma de su crecimiento.

Algunas publicaciones como el semanario The Economist hablan de «la historia de nunca acabar» y se refieren al previsible estallido de la enorme burbuja de endeudamiento público y privado acumulado en los países emergentes como el «tercer volumen» de una trilogía protagonizada antes por EEUU y por la zona euro (primero y segundo volumen).

DEUDA CUADRUPLICADA

Según el FMI, en los países emergentes, «la deuda de las empresas no financieras se cuadriplicó entre 2004 y 2014», pasando de 4 a 18 billones de dólares. Sobre todo subió en China, Turquía, Chile, Brasil e India.

Cientos de millones de dólares y euros llegaron a estos países atraídos por los mayores tipos de interés en la deuda pública, por el ciclo inmobiliario alcista o por las rentabilidades de proyectos de infraestructuras no siempre bien calibrados. Sin embargo, los primeros amagos de una subida de tipos de interés en EEUU a mediados del 2014 han alentado una fuga en los países emergentes. Allí, la entrada de capitales extranjeros tocó su nivel más bajo en el primer trimestre de 2015.

Esta evolución suscita gran inquietud en el FMI. «Las economías de mercado emergentes y en desarrollo deben estar preparadas para la normalización de la política monetaria en Estados Unidos», advierte el organismo que dirige Christine Lagarde, que ha vuelto a pedir en el G-20 prudencia a las autoridades estadounidenses antes de subir tipos.

Entre otras cuestiones, el FMI recomienda fortalecer el capital de los bancos. También sugiere que «los mercados emergentes deberían prepararse para un aumento de las quiebras empresariales y, de ser necesario, reformar los regímenes de insolvencia empresarial». Los mercados temen cascada de quiebras de empresas endeudadas en dólares a cuyo rescate no tendrán más remedio que acudir unos Estados en horas bajas.

CINCO AÑOS DE DECLIVE / Federico Steinberg, investigador principal de Economía del Real Instituto Elcano, sin embargo, no concede una fuerza explosiva al endeudamiento acumulado por los emergentes cuya situación, dice, no tiene nada que ver con los desequilibrios que acompañaron los estallidos del siglo XX.

Alfredo Arahuetes, decano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Comillas, admite cierta conexión entre la desaceleración del crecimiento en el bloque emergente y la crisis financiera del 2008, «pero no es la única causa», añade en alusión al parón de China y la caída de precios de las materias primas.

El FMI ha corregido a la baja las previsiones de crecimiento de las economías emergentes que se reducirá por quinto año consecutivo. Tras repuntar con fuerza a casi 7,5% tras la crisis financiera internacional, el crecimiento del PIB de estas economías disminuyó de alrededor del 6,3% en el 2011 al 4,6% en el 2014. Para el 2015 se apunta el 4%.

Según el FMI, esta evolución «refleja una combinación de factores: menor crecimiento en los países exportadores de petróleo; desaceleración en China, a medida que el patrón de crecimiento se apoya menos en la inversión; y perspectivas menos favorables para los exportadores de otras materias primas, incluidos los de América Latina».

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Los pa\u00edses vulnerables","text":"China es el principal consumidor de materias primas del mundo y de ah\u00ed que la desaceleraci\u00f3n de su econom\u00eda haya contagiado a la mayor parte de los pa\u00edses emergentes. El FMI estima un crecimiento de la econom\u00eda china del 6,8% este a\u00f1o y el 6,3% el pr\u00f3ximo. Aunque el crecimiento es menor, empieza a ser m\u00e1s saludable, menos dependiente del sector exterior. Se debate si el aterrizaje de la econom\u00eda china ser\u00e1 suave o forzoso. Este \u00faltimo caso tendr\u00eda una capacidad de contagio enorme sobre el conjunto de la econom\u00eda mundial."}}