La crisis del Espírito Santo es un revés para la economía portuguesa, según el Gobierno

Portugal reconoce que la crisis que atraviesa el grupo perjudica la salida del país de la recesión

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El Gobierno de Portugal ha reconocido este jueves que la crisis que atraviesa el Grupo Espírito Santo representa un "revés" para la economía nacional debido al gran tamaño de este emporio empresarial, justo cuando el país prevé salir de la recesión.

"Es evidente que una economía como la portuguesa se resiente en una situación tan grave como la que atraviesa un grupo tan grande como el Espírito Santo", dijo a la prensa el ministro de Presidencia, Luís Marques Guedes. También admitió que la crisis que atraviesa el grupo fue tratada en el consejo de ministros y que es "seguida" con atención por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, y la responsable de Finanzas, Maria Luís Albuquerque.

"En la medida en que la gravedad de la situación sea mayor o menor, el impacto en la economía también será más o menos importante", remarcó. Las turbulencias que atraviesa el grupo, en cuyo seno existen varias sociedades y empresas en riesgo de quiebra, también afectaron de lleno al Banco Espírito Santo (BES), que el miércoles presentó las mayores pérdidas de su historia, de 3.577 millones de euros en el primer semestre.

Además, el supervisor financiero portugués reveló que existen dudas sobre la gestión de la entidad y que se vislumbran "ilegalidades", por lo que depurará responsabilidades. "Esto tiene que ser tratado por los responsables de regulación del sistema financiero, que es lo que está pasando, y tenemos la confianza en que funcionen los mecanismos recogidos en un Estado de Derecho para estas situaciones", aseguró el ministro de Presidencia.

Marques Guedes, no obstante, afirmó también que espera que la economía lusa tenga "elasticidad" suficiente para mitigar el impacto del previsible derrumbe del conglomerado empresarial controlado por la familia Espírito Santo, hasta ahora una de las más ricas y poderosas de Portugal. Sobre la posibilidad de que el BES acabe necesitando recurrir a fondos públicos, el portavoz del Ejecutivo se limitó a señalar que el plan de recapitalización "pasa por el mercado privado en primer lugar".