Contra la opacidad, transparencia

El fútbol genera ingentes cantidades de información, pero también existe un lado oscuro, casos de grave opacidad, que conviene a las partes para que el espectáculo continúe. La batalla contra la opacidad solo se gana con transparencia, y esta se consigue c

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Opacidad es la cualidad de opaco. Y opaco significa oscuro, sombrío. A menudo en el mundo del fútbol, pese a la aparentemente prolija información disponible para el gran público, determinados aspectos continúan envueltos en una nebulosa que conviene a unos y a otros para que el espectáculo continúe.

Suponen casos graves de opacidad, por ejemplo, el hecho que las grandes estrellas puedan utilizar, como medio, sociedades sin actividad aparente, sin sustancia ni vínculo real con el deportista, con sede en países de baja o nula tributación, a las que ceden sus derechos de imagen con el único fin de tributar menos. En pocas palabras, estas prácticas crean un continente cuyo contenido es inexistente. Esta información llega tarde y pasa rápido. La opacidad, más allá de que la planificación fiscal sea o no agresiva, deriva del hecho que esta información, reiteramos, llega al aficionado tarde y se pretende que su paso sea efímero para que el impacto sobre el ídolo sea leve.

Otro ejemplo de opacidad es que los clubs fichen a jugadores y no informen sobre los importes totales percibidos directa o indirectamente por estos y/o por las entidades de origen. A los afamados seguidores, les cuesta un gran esfuerzo el poder dilucidar qué maniobras jurídicas se han seguido para poder contratar a estos futbolistas.

Seguimos: hasta hace muy poco los fondos de inversión o terceros ajenos a los clubs podían ser propietarios de los derechos económicos de los futbolistas, hecho que podía provocar la adulteración de la competición, puesto que un mismo fondo de inversión podía tener simultáneamente tratos con equipos rivales entre sí. La FIFA reaccionó prohibiendo dicha praxis, prohibición que ha sido denunciada por la Liga de Fútbol Profesional y por la Liga portuguesa alegando la restricción a la libertad económica de los clubs, jugadores y terceros sin justificación ni proporcionalidad.

Y qué decir del trato que ha podido dar la Agencia Tributaria a algunos equipos de fútbol conociendo el incremento constante de deuda, pudiendo conocer la insolvencia de estos, y dejándolos operar con aparente y absoluta normalidad. Este trato, ¿ha sido el mismo dispensado por la Agencia Tributaria a los ciudadanos de a pie y/o a las pequeñas y medianas empresas? Por supuesto que no.

Otro hecho sombrío es que en España exista un club que debe 602 millones de euros y, sin embargo, sea el que más dinero gaste en fichajes de futbolistas de élite cada temporada.

Durante el próximo mes de julio asistiremos a las elecciones a la presidencia del Barcelona. Los miembros de la futura junta directiva ganadora deberán constituir aval bancario para responder de las responsabilidades económicas que puedan afectarles, salvo que las elecciones fueran ganadas por el actual presidente, que ha manifestado su intención de participar en el proceso electoral.

Para ganar transparencia, y no solo unas elecciones, sería conveniente que, llegado el momento, se informara sobre la concreta entidad que presta el aval, sobre su coste total, sobre el vínculo de dicha entidad con el club, y sobre cómo el aval ha sido repartido entre todos los miembros de la junta directiva, en concreto si de forma igualitaria o no. Sería también oportuno, por citar un segundo ejemplo que, previa modificación de los estatutos del club, se articulara un mecanismo y un protocolo estructurado a fin de que el socio pudiera obtener cumplida respuesta a una petición de información. Muy probablemente, con la herramienta que sugerimos, el caso Neymar hubiera acabado en los despachos de la entidad. También eliminaría sombras y aumentaría el grado de transparencia, el hecho que determinados cargos dentro del club -el síndico del socio- no fueran elegidos a dedo por la junta directiva de turno. Como indica su propia definición, el síndico de los socios es un órgano unipersonal e independiente de la junta directiva, que tiene por misión la asistencia, el asesoramiento y la defensa de los derechos de los socios y socias en su relación con el club, aunque después se añade que la designación del mismo se tiene que hacer a propuesta de la junta directiva.

La batalla contra la opacidad se gana con transparencia, y la transparencia se aplica con medidas concretas, no con grandes titulares. Sin embargo, seguramente, si le preguntáramos al aficionado qué lado de la balanza pesa más, si el de la transparencia -con las consecuencias que ello pudiera acarrear a los grandes futbolistas y a sus clubs-, o bien, el de seguir asumiendo un lado oscuro que consienta que el espectáculo continúe y que su equipo acabe jugando con los mejores y ganando cada fin de semana, es muy probable que, mientras la pelota siga entrando en la portería, su respuesta se incline a favor de lo segundo.