«El código ético de la CEOE se puede mejorar»

Juan Rosell Lastortras (Barcelona, 1957), opta a la reelección como presidente de la CEOE en los comicios del próximo 17 de diciembre. Parte como favorito al contar con 306 avales de 77 organizaciones, lo que representa el 40% de los electores con derecho a voto.

-La CEOE ha sido lenta en atajar los casos de corrupción en los casos de Arturo Fernández y Jesús Terciado y antes con Gerardo Díaz Ferrán.

-El código ético de la CEOE no es el Tribunal Constitucional ni la Santa Inquisición. La CEOE es una confederación y aquí llega mucha gente en representación de las organizaciones sectoriales y territoriales. Según nuestro código ético, si hay un problema en una organización nosotros no podemos decirles desde arriba lo que tienen que hacer.

-¿No hay fórmulas de expulsar a los corruptos de la CEOE? 

-Tiene que ser su organización. Nosotros somos un hólding, pero no podemos decidir por las 4.000 patronales que existen en España.

-¿Está satisfecho del código ético?

-Con las experiencias que tenemos en este momento, creo que lo podemos mejorar. Hace cuatro años no teníamos codigo ético, ni auditoría, y ahora desde esta semana estamos en el portal de transparencia.

-Usted ha confesado que se ha encontrado obstáculos e inercias en la patronal para hacer reformas

-En este tipo de organizaciones es difícil cambiar pautas de comportamiento e incorporar ideas nuevas respecto a lo que se ha venido haciendo en los últimos años. Pasa exactamente igual en los ministerios.

-Si gana ahora, como no puede optar a la reelección, ¿cree que sería más fácil hacer reformas en la CEOE?

-Sin duda, da más libertad porque en según qué cosas ya no tienes que pactar con nadie. Pero he hecho la mayoría de las reformas.

-¿Comparte el optimismo de Rajoy sobre la economía?

-Venimos de una caída del PIB acumulada del 6% y ahora  nuestro ritmo de crecimiento está alrededor del 2%. Hay datos positivos, sobre todo el mercado laboral.

-El mercado laboral crea mucho empleo temporal y precario...

-Nuestros datos de precariedad y tiempo parcial son del 16% sobre el total, mientras que en Alemania son el 26% y en Holanda el 50%.

-¿El mercado laboral alemán es más precario que el español?

En términos de contratos a tiempo parcial, sí. La temporalidad tenemos más o menos la misma que en Alemania.

-Si nos comparamos con Alemania también podemos compararnos con los sueldos.

-En términos de empleo, en Alemania hay 4,5 millones de minijobs. Y el contrato a tiempo parcial es el 26% del total. Si lo comparamos, salimos ganando. Lo que tenemos de muy negativo en España es el paro

-Insiste usted con los minijobs...

-Queremos libertad para contratar.

-Si la economía mejora, ¿ha llegado la hora de subir sueldos?

-Los sindicatos hicieron un esfuerzo en los años 2012, 2013 y 2014. Si se confirman los datos positivos del PIB, habrá empresas que mejorarán los salarios.

-¿Por donde irá el acuerdo de negociación colectiva que se está negociando? 

-Cualquier incremento es ganancia con una inflación cercana a 0%.

-¿Le inquieta el auge de Podemos y la crisis del bipartidismo?

-Es un fenómeno que no es exclusivo de España, sino de toda Europa. En el programa de Podemos no hay números, solo hay palabras, y los empresarios queremos cosas concretas.

-¿Cree que hay manera de retomar el diálogo entre Catalunya y el Gobierno español?

-Catalunya y los políticos catalanes no saben explicarse en Madrid y los políticos de Madrid y del entorno del Estado no saben lo que pasa en Catalunya. La ventaja es que la situación económica mejora y no será el objetivo número uno del Gobierno español. Esto desde el punto de vista de la reestructuración territorial será terriblemente importante.

-¿Hace falta una reforma de la Constitución?

-No soy experto en derecho constitucional, pero lo que está claro es que si muchos países hacen cambios, no pasaría nada por que se hagan aquí. Nunca están cerradas todas las vías de diálogo.

-¿Cómo ha acabado apareciendo usted en una fotografía con el pequeño Nicolás?

-Mi hijo también me lo pregunta. Estábamos comiendo en un restaurante el presidente de CEIM, Arturo Fernández; el secretario general de UGT; el secretario general de UGT de Madrid y yo. Vino este chaval acompañado de otra persona y nos preguntó si podía hacerse una fotografía con nosotros. Y aquí se termina la historia.

-¿No se habían visto antes?

-No, nunda. Me parece que el chaval es un crack, es un gran comercial.