El coche eléctrico llega más lejos

El coche eléctrico sufre el síndrome de la pescadilla que se muerde la cola. Las ventas de vehículos crecen con lentitud por la inseguridad de los consumidores ante la falta de puntos de recarga de las baterías y estas infraestructuras tampoco se incrementan por la escasez del parque automovilístico que puede utilizarlas. Para romper ese círculo vicioso, los agentes implicados han reafirmado su compromiso con la movilidad sostenible en la Plataforma Live de Barcelona y han decidido ampliar su radio de acción al resto de Catalunya.

Administraciones, fabricantes de coches y de equipos eléctricos y compañías energéticas y de transporte se reunieron ayer en Barcelona para hacer balance de la Plataforma Live con vistas a ampliar la cifra de unos 700 puntos de recarga y de 5.202 vehículos ecológicos en circulación en Catalunya. Para sumar energía, la plataforma ha incorporado el gas natural comprimido como energía limpia junto a la electricidad, lo que permite a Seat tener un papel más activo en la alianza.

Para mostrar esa apertura del Live, Seat y Gas Natural ubicaron en la entrada del Museu del Disseny de Barcelona, donde se celebró la cumbre de la movilidad ecológica, un modelo propulsado por ese combustible y un surtidor. De los 5.202 vehículos no contaminantes en circulación en Catalunya, 3.958 son eléctricos y 1.244 se alimentan con gas natural compromido.

La teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Sònia Recasens, destacó la importancia de esta «nueva» plataforma público-privada y cifró la inversión en movilidad sostenible en los dos últimos años en más de 300 millones, de los que el 70% procedente del ámbito privado. En el terreno industrial, la inversión más importante ha sido la de Nissan con el inicio de la producción en la planta de la Zona Franca de la furgoneta eléctrica e-NV200, a la que ha destinado 100 millones.

Nissan, junto con Seat, Renault y el grupo Volkswagen-Audi, ratificaron su compromiso con el desarrollo del mercado de vehículos no contaminantes, que cuentan con ayudas económicas por parte del Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana pero no del Ejecutivo central al no haber aprobado por ahora el plan Movele.