Chipre, un país cabreado

Las demandas de la troika indignan a la población chipriota y muchos descargan la ira contra Merkel

Una anciana compra en un puesto de verduras de un mercado de Nicosia, ayer.

Una anciana compra en un puesto de verduras de un mercado de Nicosia, ayer. / periodico

MONTSERRAT RADIGALES / Nicosia (enviada especial)

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Un país cabreado. No hay mejor manera de describir el sentimiento generalizado que impera entre la población chipriota. Y buena parte de esta ira va dirigida contra dos personas concretas: la cancillera alemana, Angela Merkel, y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

El grado de indignación, por las condiciones de la troika para el rescate, se hace patente nada más poner los pies en Chipre. "Veo la cara de Merkel y Schäuble y es como si viera a Hitler", espeta Costakis Nicolau, el taxista que nos lleva desde el aeropuerto de Larnaca hasta la capital, Nicosia. "Si de mí dependiera saldríamos ahora mismo de la Unión Europea (UE). No hacen más que jugar a grandes juegos", añade.

No todos lo expresan de forma tan extrema, pero la opinión de Nicolau es compartida por muchos chipriotas. Tassas Anastasious, de 56 años, es un hombre de negocios que se dedica a la importación de equipos para el diseño gráfico. "Nuestra suerte está en manos de Merkel y Schäuble. No creo en la política europea. Está dominada por Alemania. El paraguas de la UE es un mito. Nadie protege a nadie", se lamenta.

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