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El caso de las tarjetas no perjudica a Bankia

José Sevila.

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El escándalo de las tarjetas opacas para gastos personales de los consejeros y directivos de Caja Madrid no está pasando factura a Bankia, la entidad nacionalizada que heredó su negocio financiero. Así lo aseguró ayer su consejero delegado, José Sevilla, quien precisó que no está perjudicando ni a su actividad comercial ni aún menos al comportamiento de los inversores respecto al grupo.

El ejecutivo admitió que el caso tiene un «impacto sobre la imagen del sector en su conjunto», pero subrayó que hay una «distinción entre las prácticas del pasado y del presente». El actual equipo gestor, mantuvo, desterró desde un principio este tipo de prácticas. También justificó haber tardado tiempo en destapar el caso: «Es muy complicado buscar algo que no sabes que existe. Empezamos a investigar cuando apareció en un medio».

Sevilla se mostró confiado en que la mayoría de las operaciones irregulares de Caja Madrid y Bankia bajo las presidencias de Miguel Blesa y Rodrigo Rato ya han sido detectadas y comunicadas a los tribunales o a los supervisores. «Nadie puede asegurar que no vayan a aparecer más cosas, sobre todo si son cosas que uno desconoce. Pero pensamos que los temas están básicamente cerrados», apuntó antes de recordar que unos 20 casos por valor de «cientos de millones de euros» han sido ya comunicados a las autoridades. También negó que estas malas prácticas puedan haber provocado problemas en el actual balance del banco: «No queda ningún agujero por venir».

Bankia ganó 696 millones de euros entre enero y septiembre, el 53,9% más que un año antes. El banco generó unos 1.500 millones de capital gracias a la venta de activos y los resultados ordinarios. Prevé, así, superar sin problemas el examen del Banco Central Europeo (BCE) ya que su nivel de capital es del 12,44%, 1,75 puntos más que en diciembre. El grupo ha logrado reducir la morosidad en 2.300 millones, hasta el 13,6%.