El CAR, base experimental

El Centro de Alto Rendimiento va por delante en la innovación deportiva. Algunos de sus desarrollos cuentan con la colaboración empresarial

MONITORIZADOS. Entrenamiento de natación sincronizada en el CAR.

MONITORIZADOS. Entrenamiento de natación sincronizada en el CAR.

MAX
JIMÉNEZ BOTÍAS

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El Centre d'Alt Rendiment (CAR) de Sant Cugat es una empresa pública que se gestiona de forma privada gracias a una tradición de la casa que es generar recursos propios a través de sus clientes, que son las federaciones, que pagan una cuota para poder llevar a formar a sus atletas. Pero, en paralelo, ha desarrollado diferentes actividades de innovación tecnológica, que con frecuencia han contribuido a la innovación empresarial en la actividad física. «Hemos sido los primeros en el país que incorporamos la ciencia al alto rendimiento. Eso ha generado contactos con empresas que quería probar dispositivos o metodologías en el entrenamiento de alto rendimiento», explica Josep Escoda, responsable de tecnología del CAR.

De hecho, el CAR va bastante por delante en la tecnología aplicada a la actividad física. «Hemos trabajado para la Nasa en la creación de ergómetros para astronautas», cuenta Escoda. Se trata de un dispositivo para medir la fuerza y capacidad muscular de un astronauta para mantener el tono físico mientras está en el espacio. Participa también en experiencias más recientes, como es proyecto Experimedia. Es una iniciativa europea que se ha hecho en tres sedes. Una es un museo helénico en Atenas. La otra es la sede del CAR, con el nuevo edificio inteligente que se desarrolló para los juegos de Londres y en el que se han desarrollado aplicaciones específicas para el entrenamiento de los deportistas de élite, y la tercera es una estación de esquí de Austria en la región de Schladming-Dachstein, que ha creado unas gafas de esquí inteligentes. Se trata de una aportación tecnológica de gran consumo que permite dar al esquiador información en tiempo real de la estación: el estado de las pistas, las rutas, el tiempo, la ocupación de los remontes, etcétera. Es un proyecto europeo, cuyo destino final es llegar al gran público.

El CAR aporta diferentes proyectos de alto rendimiento. Un primer programa piloto se desarrolló en la  natación sincronizada. «Usamos el video como elemento habitual del aprendizaje del movimiento. Si el atleta es capaz de ver y repetir un movimiento determinado, al final lo acaba integrando. Si lo aprende bien se acaba quedando como un elemento fijo», explica Xavier Balius, director de ciencias médicas y tecnologías del CAR. El software lo ha desarrollado la firma Atos. Es una empresa francesa que tiene sede en Barcelona y es una firma asociada a Experimedia. Hay otras empresas y universidades que participan. «Este proyecto debe dejar un legado para que luego haya un servicio para deportistas e incluso se puede vender a otros centros de entrenamiento», agrega.

Desde el CAR se ha contribuido al proyecto Confeti, un sistema de videoconferencia en 3D con estereovisión. En una televisión plana se ve una imagen tridimensional del deportista mientras está realizando el ejercicio y se puede observar desde una sede diferente. El entrenador puede supervisar ese entrenamiento a distancia. Otra de estas iniciativas es Carviren. Es un entorno virtual de entrenamiento donde se utiliza un dispositivo wimu (dispositivo inalámbrico) que es capaz de recoger parámetros físicos, comunicarlos y actuar como un hub de datos físicos y fisiológicos, que se pueden enviar a través de la red a otro lugar. Se trata de un producto que ya se vende a clubs deportivos y que lo está comercializando una empresa que se llama Realtrack Sistems.