Largo plazo

De Camps a la CAM

OLGA GRAU

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Ayer por la mañana, los más importantes banqueros del país recibieron el aviso del Banco de España. Iba a intervenir la CAM. No fue una sorpresa para nadie puesto que la caída de la caja alicantina era una muerte anunciada. Se eligió un viernes de julio por la tarde, con los mercados cerrados, los tests de estrés presentados y el segundo rescate de Grecia pactado por los líderes europeos.

La crisis de la entidad financiera no se puede desligar de la enorme sombra proyectada por la intervención de los políticos en las finanzas, en este caso del PP valenciano, y por el ladrillo español. Fue el presidente de la Comunidad Valenciana Eduardo Zaplana quien le pidió a la caja de ahorros que financiara el parque de atracciones Terra Mítica.

Junto con la Generalitat valenciana y Bancaja se invirtieron más de 400 millones de euros en un complejo edificado en un monte quemado de Benidorm, un proyecto personal de Zaplana. La caja de ahorros también contribuyó a financiar Martinsa, Habitat, Nozar y numerosos proyectos inmobiliarios.

Cuando la caja empezó a registrar problemas tras la crisis financiera del 2008, los políticos siguieron interviniendo. En julio del 2009, Francisco Camps, sucesor de Zaplana, desempolvó el antiguo proyecto de los noventa de creación de una gran caja valenciana con la fusión de Bancaja y la CAM. La operación, desaconsejada por los expertos e incluso por los empresarios valencianos, fracasó. A partir de ahí se precipitó a la deriva. Tras la caída de Camps, la de la CAM.