SECTOR AGRARIO

El campo es una ruina

Marxa Pagesa 8Una de las columnas de tractores, ayer en Terrassa.

Marxa Pagesa 8Una de las columnas de tractores, ayer en Terrassa.

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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El sector agrario catalán ha dicho basta. La supuesta recuperación de la economía no solo no llega al campo, sino que la situación de los payeses es cada año peor. Lo que reciben por sus productos va a la baja año a año, las ayudas no aumentan, la política europea hace peligrar algunos subsectores y, además, el consumidor local no acaba de ser consciente de los beneficios que presenta su actividad y los artículos de proximidad. Por todo ello, la payesía reclama actuaciones concretas y rápidas para salvar a un sector que en 15 años ha perdido un 40% de su riqueza (renta agraria) y el 27% de los empleos.

"Hace ya muchos años, demasiados, que vamos hacia atrás. Es cierto que en el 2016 algunos subsectores han tenido un año mejor que el anterior, pero porque venían de años muy, muy malos. En general, la mayoría de explotaciones están bajo mínimos, y muchos no tiran la toalla porque hay créditos por devolver", resume la presidenta de Asaja Barcelona, Rosa Pruna. Ante esta situación, el sindicato Unió de Pagesos (UP) ha culminado en Barcelona este sábado un gran tractorada de tres días con la que buscaba dar visibilidad a su delicada situación.

Según datos de la Generalitat, en el 2001 la renta agraria catalana (el valor generado por la actividad de la producción agraria, es decir, el poder adquisitivo y de inversión del sector) alcanzó los 2.131,25 millones, mientras que el 2015 cerró con 1.666,12 millones a precios corrientes. Una vez aplicada la corrección de la inflación, ese valor bajó hasta el entorno de los 1.300 millones, es decir, el 40% menos en 15 años.

La caída de la riqueza del sector agrario se suma al descenso de los puestos de trabajo. Según la EPA, en el cuarto trimestre del 2002 había 73.000 personas trabajando en el sector de la agricultura en Catalunya. Al cierre del 2016, había 53.300. "La agricultura tiene un problema, y hay que buscar soluciones. Nos están ahogando", agrega Francesc Boronat, presidente de JARC-COAG.

FACTORES

El sector, dependiente de factores como la geopolítica ("el veto ruso nos ha afectado no mucho, sino muchísimo", dice Pruna), el meteorológico (el año pasado hubo mucha sequía, por lo que las cosechas fueron menores en general, sobre todo de cereales", afirma Boronat) y de la apuesta de los gobiernos (el fin de las cuotas lácteas ha arruinado a los productores de leche), también ha visto como el presupuesto del departamento de Agricultura de la Generalitat se recortó en casi la mitad (concretamente el 47%) entre el 2010 y el 2015. Para el 2016, eso sí, la Generalitat ha previsto aumentar el presupuesto el 13,6%, hasta los 304 millones de euros.

"Reclamamos dignidad para la payesía", explica el coordinador nacional de UP, Joan Caball, que ha visto en la tractorada la mejor manera de hacer sentir su voz. Piden respeto, que se les tenga en cuenta en la toma de decisiones, precios justos (culpan a la gran distribución de la caída de los precios), más líneas de inversión para la modernización de las explotaciones, gestionar de forma "diligente y eficaz" la fauna salvaje (han aumentado las pérdidas por daños de animales externos a las explotaciones) y detener las "arbitrariedades en materia de urbanismo".

Pero también reclaman más conciencia del consumidor, que "no tiene en cuenta" el valor del producto local, dice Pruna. Por ello, piden medidas de etiquetaje para resaltar de dónde vienen los productos. La Generalitat ha recogido el guante. "Estamos avanzando para que algunos productos puedan incluir como etiquetado obligatorio el origen de los mismos", asegura a este diario la 'consellera' de Agricultura, Meritxell Serret. "Creemos que se debe poder diferenciar la producción local", agrega la 'consellera'.

Serret, que asegura que alejándose de los tópicos hay que presentar el sector de la Agricultura como "de oportunidad", impulsará un pacto nacional para la política alimentaria que ponga en valor los productos locales. "Nos sentaremos con todos los sectores, también la gran distribución", anuncia. Además, afirma que se está empezando a ver un "cierto relevo generacional": en el 2016 se incorporaron el mayor número de jóvenes con ayudas al sector agrario desde el 2007: 712 jóvenes con 20,3 millones de ayudas.