OBRA PÚBLICA

La Cámara de Contratistas espera el peor año de la crisis para la licitación

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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Pese a que la obra pública en Catalunya alcanzó en el 2012 el peor año de la crisis por lo que se refiere a la licitación pública (784,8 millones de euros), lo peor es posible que esté por llegar en el presente ejercicio, según el presidente de la Cámara de Contratistas, Francesc Boixadós. «Todo depende de los límites de déficits que se acaben aprobando, pero nos tememos que no será posible superar las cifras de licitación pública del pasado año», comentó el dirigente de las constructoras catalanas.

La situación resulta alarmante para un sector que ya el pasado año ocupó solo el 10% de su capacidad. En el 2008, último año de bonanza para el sector, la obra pública generada por todas las administraciones alcanzó un volumen de participación de 8.618 millones de euros. Desde ese ejercicio, la actividad ha ido en descenso. «Si Catalunya debe cumplir con un objetivo de déficit del 1,5%, como se ha apuntado, eso significaría 1.000 millones menos en el presupuesto, y su repercusión en lasconselleriessería evidente», comentó Boixadós

Para la Cámara, de cumplirse estas previsiones, el golpe para el sector será muy duro, tras haber perdido 147.400 empleados y 36.007 autónomos desde el 2007, de los que 29.450 empleos asalariados engrosaron las listas de paro en el último año. «El ajuste ya se ha realizado, pero si no se toman medidas enérgicas, este año se volverán a perder miles de empleos y se cerraran empresas eficientes», advirtió.

Para Boixadós, la única manera de parar la sangría de puestos de trabajo es que se lleven a cabo las obras «con mayor efecto económico y social» que quedan pendientes de realizar en Catalunya. Entre otras, citó el desarrollo de la vía férrea de transporte de mercancías del corredor mediterráneo y los diferentes tramos que quedan para desdoblar de la Nacional II en Girona. Además, destacó entre las prioridades los accesos al Port de Barcelona. La mayor parte de estas obras dependen del Estado, la Administración que menos invirtió en Catalunya en el 2012.